A un año de la guerra entre Rusia y Ucrania: Europa aplaude y apoya a Zelenski

La gira relámpago de Volodímir Zelenski por Europa fue intensa. Empezó el miércoles 8 en Londres, con aplausos entusiastas en el Parlamento británico, una cita con el primer ministro, Rishi Sunak, y una visita al rey Carlos III. Se prolongó la misma noche en París, con una cena en el Palacio del Elíseo a invitación del presidente Emmanuel Macron y en presencia del canciller alemán, Olaf Scholz. Y culminó el día siguiente con un triunfo en el Parlamento Europeo, donde el ucraniano fue acogido con una larguísima ovación de pie antes de sostener reuniones a puerta cerrada con los dirigentes de los 27 países de la Unión Europea divididos en varios grupos de trabajo y otra con el rey Felipe de Bélgica.

En todas partes Zelenski fue celebrado como héroe. En cada foro el presidente ucraniano se presentó como “defensor de los valores occidentales” y del “modo de vida europeo”, pidiendo incansablemente lo mismo: más municiones, más tanques de guerra, más misiles de largo alcance y sobre todo aviones de combate.

Se estima que el monto de la ayuda militar, financiera y humanitaria de la Unión Europea y de sus Estados miembros a Kiev gira alrededor de 52 mil millones de euros.

“¡Rusia no puede ni debe ganar la guerra!”, proclamó Macron horas después de que Sunak prometiera a Zelenski aviones de combate y el entrenamiento de sus pilotos. Muchísimo más cauteloso, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, mencionó el suministro de armas pesadas y se cuidó de no aludir a aviones de combate.

Contrasta la retórica bélica de la Unión Europea –tan intensa como la de Estados Unidos y los demás miembros de la OTAN– con las reacciones cada vez más distanciadas y críticas de un número creciente de países de África, América Latina, Medio Oriente y Asia, que se rehúsan a ser ­arrastrados en una guerra subsidiaria entre la OTAN y Rusia, y temen o ya empiezan a sentir las consecuencias de los profundos trastornos geopolíticos que conlleva.

Proceso