Remesas se dispararon en México. Acusan lavado, pero expertos lo ven “insignificante”

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha celebrado en más de una ocasión el histórico incremento en el nivel de remesas enviadas desde Estados Unidos pese al desempleo y bloqueo en la frontera registrado al inicio de la pandemia.

La organización Signos Vitales, compuesta por el bloque opositor, y una investigación de Reuters basada en casos judiciales y testimonios de “pitufos” sinaloenses sugieren que parte de esos casi 60 mil millones de dólares anuales enviados es lavado de dinero de cárteles del narcotráfico.

Pero el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) y BBVA plantean que las remesas aumentaron mucho más en otros países de América Latina como Argentina y Guatemala que aquí. Además, de darse el ilícito “en hormiga”, pese a la serie de controles de bancos y de las empresas de transferencias citados incluso por la agencia británica, es “ineficiente” y “por montos no significativos” al tener otros métodos como operaciones de comercio exterior simuladas.

“En todas las actividades económicas en México hay acciones irregulares. Lavar dinero con remesas requiere mucho esfuerzo, mucha organización y si hay, no pinta en montos significativos. No se puede negar que lo que documenta el artículo de Reuters ocurre, pero no creo que el monto de remesas involucrado en esas transacciones sea significativo o se note mucho en las cifras que reporta el Banco de México”, dijo en entrevista Jesús A. Cervantes, director de Estadísticas Económicas y Coordinador del Foro de Remesas de América Latina del CEMLA.

En el primer semestre de 2023, el Banxico reportó que los ingresos por remesas fue de 30 mil 238 millones de dólares, un 9.9 por ciento más que los 27 mil 516 millones de dólares reportado en igual lapso del año pasado. En todo 2022 fueron más de 58 mil millones de dólares, de los cuales el 95 por ciento se derivó del trabajo de 7 millones de mexicanos migrantes que mandan un 18 por ciento anual de sus ingresos laborales, dijo Cervantes de acuerdo con un estudio de CEMLA.

El promedio mensual de remesa es de entre 300 y 400 dólares, por lo que una remesa de 8 mil dólares, como cita Reuters, es sumamente rara por los límites de entre 500 y hasta 2 mil dólares establecidos por empresas como Wester Union, a menos que –como dice el reportaje con base en casos judiciales– los empleados estén “coludidos” con los cárteles.

“Para que un pagador de remesas como una tienda departamental y una cadena de supermercados tenga 136 mil pesos [8 mil dólares] en efectivo es mucho muy difícil. Luego dice que lo deposita en bancos, vamos a suponer que lo divide en dos: un depósito de 68 mil pesos ya es muy sospechoso”, comentó Cervantes sobre el caso citado de Reuters.

Considerando ese límite en envíos de remesas y demás controles de remesadoras y bancos, BBVA también descarta lavado de dinero importante por esa vía.

“La logística para organizar a las personas para recibir micro transferencias de dinero, que en promedio oscilan entre los 300 y 400 dólares por operación en las remesas, es muy compleja e ineficiente. Es muy probable que las personas vinculadas a actividades ilícitas tengan medios más sofisticados para transferir recursos”, escribieron los economistas de BBVA, Juan José Li y Carlos Serrano Herrera.

José Cervantes, Coordinador del Foro de Remesas de América Latina del CEMLA, coincidió: “Si alguien del crimen organizado utilizara remesas en montos significativos requeriría cientos de miles de cómplices afuera y adentro del país, lo cual está en chino que se pueda materializar”.

Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de “falsaria” la investigación de un año de Reuters. Su autor, Diego Ore, consultó a la Unidad de Inteligencia Financiera y a la Presidencia sobre los mecanismos de control contra lavado de dinero con remesas, pero no obtuvo respuesta. SinEmbargo hizo lo propio con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que monitorea las transacciones financieras sospechosas, pero al cierre de esta edición tampoco hubo una postura.

Sin Embargo