«Miguel Ángel Mancera soñó alguna vez con ser presidente de la República. Dos golpes de suerte lo sacaron del anonimato y, en solo cuatro años, lo hicieron, procurador de Justicia en la capital del país (2008), y después jefe de Gobierno. Con la misma rapidez inició su caída en 2015, y en 2018 logró con las uñas una senaduría. Hoy encara el riesgo de un juicio de desafuero, lo que lo pondría con un pie en la cárcel»: Roberto Rock L.




