Gran parte de las disidencias sexuales ha enfrentado discriminación y violencia laboral. Desde antes de la pandemia, el 50% no recibía los mismos beneficios, prestaciones u oportunidades de ascenso y el 48% había pasado por acoso u hostigamiento. La nueva normalidad, como se insistía en llamarle a las nuevas condiciones de vida y trabajo, les dejó reducciones salariales y explotación laboral.
“El estigma y la discriminación nunca estuvieron en cuarentena. Por el contrario, las brechas de desigualdad” que vivía esta población “se han profundizado debido a la pandemia”, señala el informe Impacto diferenciado ante la covid-19 en la comunidad LGBTI+ en México.
“Múltiples derechos se están viendo aún más relegados: el derecho al trabajo, a una vida libre de violencia, acceso a la justicia, vivienda, alimentación, salud y educación, entre otros”, se destaca en el documento.
La investigación estuvo a cargo del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), de la Universidad de California Santa Barbara (UCSB) y de la organización Yaaj México, y contó con la participación de otros 30 organismos de la sociedad civil, de gobiernos, de la academia y de agencias internacionales para el desarrollo.
De acuerdo con el reporte, 35.93% personas reportaron explotación laboral y reducción injustificada de salarios en el marco de la emergencia sanitaria; y a 30% no le permitieron ejercer su trabajo. Las lesbianas fueron a quienes más les redujeron su salario sin justificación o fueron explotadas laboralmente, debido a su orientación sexual o identidad de género, la prevalencia en ese grupo fue de 73 por ciento.
La llegada de la covid-19 implicó también “la exacerbación y agravamiento” de la xenofobia, racismo, clasismo, homofobia y transfobia, apunta el informe, para el cual se encuestó a casi 5,500 personas en 23 entidades del país.
Una de las diferenciaciones constantes previas a esta época pandémica de los integrantes de las disidencias sexuales era no permitirles utilizar el uniforme acorde a su identidad y/o expresión de género. Al menos eso le ha ocurrido al 43% de las personas, pero principalmente a los hombres trans, pues el 71% ha sido afectado por esa restricción discriminatoria.
Si bien ha habido pequeños avances, la discriminación y exclusión siguen ocurriendo contra las disidencias sexuales. Por ello, en el informe, el Copred y Yaaj México señalan una serie de propuestas. La primera, evaluar el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro para establecer a personas LGBTI+ como grupo prioritario de atención en la siguiente convocatoria.
Colocar en la página web de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) y en la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STFE) de la Ciudad de México una categoría de ofertas de empleo para grupos de atención prioritaria, entre ellas las personas LGBTI+.
También es necersario establecer programas de sensibilización en distintos espacios de ocupación y empleo acerca de la discriminación y violencia por orientación sexual e identidad género, “en particular en empleos informales, venta ambulante y actividades del sector primario”.
El Economista




