Juan L. Simental
“Si hay una disparidad entre los que más ganan y los que menos ganan, pues obviamente tendremos que hacer un ajuste”, Aispuro Torres
Ya lo dijo Maquiavelo: el fin justifica los medios, y si la idea es lograr que el menos peor de los sistemas políticos, la democracia, sea letra vigente, por qué no dejar que la inventiva y la ocurrencia manden cuando se trate de establecer los medios para la participación del ciudadano en todo aquello que le debe interesar.
Eso es al menos lo que piensan los integrantes de la Cámara baja en el Congreso de la Unión. Si París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe), como dicen que dijo Enrique de Borbón, entonces la participación ciudadana bien vale… una buena zumba y una mejor cazuela de menudo. Y en eso, la verdad de los dichos, diputadas y diputados federales no se andan con medias tintas.
Sin embargo, de acuerdo con el informe de gastos de los partidos políticos, correspondiente al año 2015 y elaborado por el Instituto Nacional Electoral, los institutos políticos (cuya vocación y razón de ser es promover la participación del ciudadano en la cosa pública) gastaron millones de pesos del dinero de los mexicanos… en actividades que no tienen relación alguna con la promoción de la democracia ni la participación.
A finales de la semana pasada, el INE dio a conocer que los partidos grandes (PAN, PRI y PRD, lo cual no pasa de ser un eufemismo) gastaron recursos públicos en “bienes y servicios sin objeto partidista, como diplomados en espiritualidad, balones para regalar, despensas, materiales de construcción y eventos denominados ‘Ser formal te ayuda a crecer’ y ‘Vende a través de internet’” (Excélsior, lunes 5 de diciembre de 2016. Llama la atención eso de los diplomados en espiritualidad, pues diputados y diputadas son taaan desapegados a los bienes materiales; es decir, son tan espirituales, pues).
Luego están los chiquillos, esos partidos morralla que alimentan –vía la supervivencia- los grandes presupuestos de los grandes y, de paso, viven de las migajas que caen de la mesa del amo, como lo hacen los perritos falderos. Así, los partidos del Trabajo, Verde Ecologista, Nueva Alianza, Encuentro Social, Movimiento Ciudadano, además de minipartidos locales, se dieron vuelo en el dispendio del dinero que no ganaron con el sudor de su frente: gasolinas y lubricantes para vehículos y traslados que nada tuvieron que ver con actividades partidistas; transportación de personas –es decir, acarreo– a eventos que no organizaron los partidos; pago de cazuelas de menudo de res swift (¿alguien ha probado eso que suena a menudo del Primer Mundo?), pollo frito, apoyos a familias, sin especificar qué apoyos ni cuáles familias…
“Despensas, mega bolsas de cemento, alambre, tinacos, cobijas térmicas” y cientos de miles de pesos para festejar a los reyes del hogar en su día. Además, se pagaron obsequios (“playeras, volantes, diplomas, pósters, piñatas, dulces, juguetes”) y equipos de sonido que amenizaron sus bonitas reuniones llamadas “zumbatones”, donde todo fue solaz y esparcimiento.
Y, de una vez para que no falte nada, también hubo veraneadas, concursos con sus respectivos premios, pavos ahumados (por aquello de la Navidad y hasta el Día de Acción de Gracias, ya entrados en gastos), las tradicionales posadas y hasta festejos por el Día del Padre que, por cierto, no muchas escuelas celebran en el país.
Y aún hay más. Se pagó el “mantenimiento y acondicionamiento de inmuebles que no tenían ningún vínculo con el partido”, es decir, ¡alguien está estrenando casa! Se dieron bocadillos a manos llenas (con dinero ajeno, claro), coffe break, en mesas adornadas con elegantes manteles y hartas bebidas; se pagaron recargas telefónicas y viajes diversos y, si no se cree, hay que ver nada más y nada menos que al Movimiento de Regeneración Nacional que solventó un “vuelo de avión de París a Roma, ida y vuelta, que no tenía nada que ver con actividades del partido y gastó casi medio millón de pesos en alimentos, transportación terrestre y área, hospedajes y bitácora que no pudo justificar”. Qué tal con la republicana austeridad juarista predicada y supuestamente emulada por Andrés Manuel.
En este año que ya termina, ambas cámaras del Congreso tuvieron un presupuesto de 14 mil 101 millones de pesos, lo que significó un incremento del 5 por ciento respecto al 2015; para el 2017 la tendencia de crecimiento en el gasto se mantiene, pues la partida se propone en 15 mil 88 millones. Y, sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación reitera en su periódico y repetido reporte: el Congreso de la Unión navega en un mar de opacidad y funciona como una caja chica de donde sale para todo, incluso aquello que no tiene nada que ver con la vida legislativa ni la acción partidista y, mucho menos, con la promoción de la democracia.
Habría que decir que el uso es costumbre que ha cundido hasta en los congresos locales; por ejemplo en Durango. Hace una semana, el gobernador José Rosas Aispuro Torres había dicho: “si hay una disparidad entre los que más ganan y los que menos ganan, pues obviamente tendremos que hacer un ajuste”. Bueno, pues el ajuste que planean los diputados y diputadas locales es para arriba: de los 82 mil 124 pesos mensuales que ahora perciben, se propone un incremento hasta 85 mil 410; la diferencia, tres mil 285 pesos, es apenas inferior al salario total mensual de los trabajadores del Congreso, de tres mil 896 pesos. Si lo anterior no parece más que bastante, aún falta el monto de las prestaciones de los legisladores locales de Durango: pasarían de 11 mil 592 a 15 mil 57 pesos. ¿Y qué con lo que dijo Aispuro Torres?, ¿la disparidad no es obvia?
Por cierto, los trabajadores mexicanos recibieron hace días la buena noticia de que el salario mínimo sube de 73 a 80 pesos con cuatro centavos, para un salario mensual de dos mil 401 pesos con 20 centavos, es decir, menor en 883 pesos con 80 centavos al incremento de los diputados duranguenses.
En fin. Así se las gastan ellos y ellas, los que prometen y prometen representar al pueblo y que, una vez que llegan, solo Dios sabe lo que sucede con sus promesas. Mientras haya zumba y menudo, y viajes París-Roma ida y vuelta con cargo al ciudadano, el mundo puede seguir rodando.
@juanlosimental