La casta divina, más viva que nunca

Diputados mexicanos

Juan L. Simental

Gratificación decembrina de un diputado federal: 438 mil pesos; gratificación decembrina de un trabajador del mínimo: mil 95.6 pesos

 

Afirma la enciclopedia virtual: “Casta divina es un apelativo que en el estado de Yucatán y por extensión en México, fue usado para denominar con ironía a un grupo social compuesto por la plutocracia criolla (grupo oligárquico integrado por comerciantes, industriales y terratenientes), emergida desde principios del siglo XIX y consolidada durante la Guerra de Castas”.

Dice también de su característica principal: “la prepotencia de sus componentes”, de donde se desprende el adjetivo “divina” (Wikipedia.com). Es decir, fueron tocados desde lo Alto por el privilegio del que únicamente los elegidos gozan.

Se decía que con el arribo de la democracia y las reformas sociales operadas vía la Revolución y los movimientos de una sociedad cada vez más actuante, además de una clase política obligada a conceder espacios, la casta divina era cosa del pasado. Sin embargo, hay que asomarse a las portadas de los principales periódicos en el país para saber que el grupo de los privilegiados está más vivo que nunca.

El sus ediciones del jueves 15 de diciembre, distintos medios impresos tienen coincidencias…

Excélsior presenta como su nota principal en portada: “Bono a diputados y perdón a partidos”. En la entrada de la nota se dice: “Pese a críticas recibidas, la Cámara de Diputados aprobó que cada uno de sus 500 integrantes reciba  150 mil pesos adicionales al salario, aguinaldo y prestaciones”; luego, más adelante: “En tanto, el Instituto Nacional Electoral (INE) rebajó en 50% las multas anunciadas a los partidos políticos a nivel estatal, argumentando que es la primera vez que somete a los comités ejecutivos estatales a reglas nacionales”, es decir, algo así como que son primodelincuentes. (Excélsior, jueves 15 de diciembre).

La Jornada, en su nota principal, consigna: “Diputados tendrán que justificar gasto del bono navideño”. En el lead de la nota puede leerse: “La Cámara de Diputados depositará a partir de este jueves la subvención de 150 mil pesos a cada uno de los 500 diputados bajo el concepto de ‘atención legislativa’, conocido como ‘bono de fin de año’”.

De acuerdo con Francisco Martínez Neri, coordinador de los perredistas en la Cámara Baja, “cada legislador decidirá el destino de los $150 mil extras y deberá comprobarlo”. (La Jornada, jueves 15 de diciembre).

Reforma: “Disfraza Cámara bono navideño”: “El Comité de Administración de la Cámara de Diputados aprobó dar el bono navideño de 150 mil pesos para los legisladores, pero será etiquetado para el ‘quehacer legislativo’”. En este caso, Reforma resalta la justificación de Martínez Neri, quien negó que sea “un dinero para el disfrute”: “Quiero comentarles que tiene una característica de ‘no bono’, sino una partida para atención de asuntos legislativos”. (Reforma, jueves 15 de diciembre).

En El Universal, aunque la nota aparece en portada, no es una de las principales: “Diputados se aferran al ‘bono secreto’ de fin de año. Se comprometen a transparentarlo”.

Pero también hay otros que aunque no son legisladores, gozan de la misma clase de privilegios. En su portada, La Razón presenta: “Aguinaldo íntegro a CNTE… que dejó sin clases a niños un mes”. En el cuerpo de la nota: “Los integrantes de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, que dejaron sin clases durante 25 días a estudiantes de nivel básico para participar en marchas y plantones contra la Reforma Educativa, recibirán alrededor de 2 mil 400 millones de pesos por concepto de aguinaldo y quincenas, de acuerdo con el Instituto Estatal de Educación Pública en Oaxaca (IEEPO)…

“Cada uno de los maestros y personal de apoyo reciben (sic) 90 días de aguinaldo íntegro, gracias a las prebendas logradas por las dirigencias de la Coordinadora con los gobiernos federal y estatal”. (La Razón, jueves 15 de diciembre).

Hasta ahí las portadas en prensa. Ahora, una vuelta a la realidad.

En México, el salario mínimo es todavía de 73 pesos con cuatro centavos. De acuerdo con el Inegi, hasta el primer trimestre del año siete millones 894 mil mexicanos cobraban el minisalario, para un total mensual de dos mil 191.2 pesos. Si un trabajador que cobra 73.04 pesos cada día acumulara su salario, sin gastar un solo peso, al final del año apenas tendría 26 mil 294 pesos con 40 centavos.

Además, si uno de estos trabajadores recibe el beneficio mínimo de la ley por gratificación de fin de año (aguinaldo) que son 15 días, el monto llegaría a mil 95 pesos con 60 centavos. Solo eso. Echando cuentas, para que el aguinaldo de un asalariado con el mínimo pudiera igualarse tan solo con el bono navideño de los diputados federales tendría que multiplicarse por más de 136.

Pero aún es posible ir más allá.

De acuerdo con Mauricio Farah Gebara, secretario general de la Cámara de Diputados, cada uno de los 500 legisladores y legisladoras recibirán por Navidad un acumulado de 438 mil pesos. Entonces, si se divide el monto legal aceptado (porque aún faltan “otras gratificaciones”) entre el total del aguinaldo del asalariado, el resultado es: el aguinaldo del trabajador cabe 399.78 veces en el aguinaldo del diputado; es decir, la desigualdad entre ambos es de 399 veces. Para que el asalariado fuera igual al diputado habría que multiplicar su aguinaldo por 399.

Los legisladores, ellos y ellas, dirán que no, que el bono navideño no es, como aseguró el perredista Francisco Martínez Neri, “para el disfrute”; jurarán como siempre lo hacen que transparentarán el uso que le den; que van a rendir cuentas; que el trabajo de un legislador no se mide por lo que cobra; que… podrán decir lo que quieran, la evidencia está a la vista.

La casta divina no se extinguió con la Revolución ni con los movimientos ni reformas sociales.

Afirmó Franz Kafka: “toda revolución se evapora y deja atrás una estela de burocracia”. En México, la Revolución cada año hace justicia a los mismos 628 de siempre (entre senadores y diputados federales, sin contar diputados locales, gobernadores, alcaldes, regidores, funcionarios… la clase política de todos los colores). Son los miembros de la casta divina que no muere y que no solo no muere, sino que se hace eterna. Afuera, para los demás, la vida cotidiana sigue su curso, como si nada… como cada día Dios da a entender.

@juanlosimental