«Al senador Julen Rementería, coordinador de los senadores del PAN, le pasó lo que al refrán del pastor ingenuo que va por lana y sale trasquilado. Al veracruzano que lidera a los senadores blanquiazules le pareció una idea “estupenda” traer a México al líder del partido de la ultraderecha española y llevarlo al Senado de la República para firmar una carta trasnochada en la que él y sus aburguesados interlocutores europeos se comprometían a “combatir el avance del comunismo en la iberosfera”.
Hasta ahí uno imaginaría que la escena, propia de los años 30 o 40, tuvo lugar en algún lugar de la vieja Europa, asolada por la paranoia estadounidense, en donde se temía que la expansión de las ideas de Karl Marx y Federico Engels, que habían provocado la Revolución Bolchevique, se propagaran al resto del continente a través de la franja más occidental de la Rusia soviética»: Salvador García.




