En Noruega el salario es el equivalente a $466.98, ¡por cada hora trabajada! (46.7 veces el salario mínimo mexicano)
A través de la Secretaría de Hacienda, ahora metida en tareas de vocera justificadora para la deplorable decisión de aplicar de golpe el deslizamiento en los precios de las gasolinas, a causa de su liberación, el gobierno federal echa mano de las comparaciones y, sin tapujos, afirma: hay países donde la gasolina es más cara.
Es decir, ¿por qué tanta alharaca si hay otros que pagan más?
Para decir la verdad completa habría que recordar que ese argumento era el mismo de Felipe Calderón cuando comenzó la aplicación de los gasolinazos mensuales. El propósito de la medida, aseguraba, era igualar los precios de la gasolina mexicana con los de la gasolina estadounidense; una vez que esto pasara, decía, los deslizamientos cesarán. El final de esa historia ya se conoce: el costo de la gasolina mexicana rebasó al norteamericano y nunca se detuvo.
A partir de ayer, martes 28 de diciembre y como si fuera una más de las bromas sin gracia por el Día de los Inocentes, José Antonio Meade se dio a la tarea de argumentar en favor del incremento de precios: “hay regiones –y países- donde la gasolina es más cara”. Hasta ahí. No dijo más, y es que tal vez no era prudente agregar palabras a su tan atinada comparación.
Pero ese tampoco es el final de esta historia. Como en el sexenio pasado, parece que en el actual el presidente y los hombres del presidente también se han hartado del reproche ciudadano. Por ejemplo, en julio de este año el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo lo siguiente:
“(A) lo que tenemos que acostumbrarnos en México es que los energéticos son un bien en el mercado y que los precios en los energéticos pueden subir, puede bajar, dependiente de las circunstancias económicas, los precios internacionales, de los crudos, las materias primas…”. Es decir, esta es la normalidad y el mexicano tiene que asumirla. Se acabó.
Ayer mismo, Meade Kuribreña dijo igual: ahora sí habrá un auténtico “mercado de la gasolina”, donde no solo se comparará más caro, porque el precio también puede bajar. Es decir, como puede que sí, puede que no.
Volviendo al tema de las comparaciones, es cierto que no gustan y es que siempre hay un aspecto en el cual el comparado generalmente sale perdiendo. Es el caso de México.
¿Qué hay de verdad cuando el secretario de Hacienda afirma que hay regiones donde la gasolina es más cara? Si se trata solo de eso, tiene toda la razón. Oilprice, agencia experta en el tema de los energéticos, da a conocer los siguientes datos de ocho países, entre ellos México, y compara los precios por litro de gasolina…
En Noruega el precio de un litro de gasolina (con un tipo de cambio base de 21 pesos) es de 37.17 pesos (más del doble de lo que costará en México); en Francia es de 30.45; en Japón, 24.99; China, 19.74; Canadá, 19.11; luego estaría México (a partir del primer futuro incremento) con 15.99; Colombia, 14.61; Estados Unidos, 14.07 pesos por cada litro. (No son todos los países de la lista, pero sirve el dato como referencia).
Hasta ahí la primera parte de la historia. José Antonio Meade tiene razón. Sin embargo, hay una segunda parte: la de nivel de los salarios en esos países, aportada también por Oilprice.
En Noruega el salario por hora es el equivalente a 466.98 pesos, ¡por cada hora trabajada! (Algo así como 46.7 veces el salario mínimo mexicano). Luego, en Francia llega a 173.04; en Japón, a 207.69; China, 24.99; Canadá, 225.75; Colombia, 19.84; Estados Unidos, 152.25; México… 10 pesos por hora trabajada a partir del 1 de enero (el salario mínimo será de 80 pesos con cuatro centavos al día). ¿Hay comparaciones que ofenden? Claro que las hay.
La retórica oficialista es burda, elemental, de risa si no fuera tan en serio y más en un tema que va a lacerar todavía más la economía de tantos a partir del 1 de enero próximo. Pasma la respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto a través del montaje de la patética campaña que lanzó vía las redes sociales, #HablemosDeGasolina, que consiste, principalmente, en la comparación de los precios. ¿En verdad no habrá nadie alrededor de Peña que le diga de la inconveniencia de la comparación? ¿A nadie se le ocurrirá que el mexicano pronto investigará el nivel salarial entre los países involucrados? ¿Es tanta su indefensión mental?
Tristemente parece que sí, que ni el presidente ni los hombres del presidente se han dado cuenta del tropiezo –uno más- tratando de salir al paso en un debate que no se habría viralizado igual si, al menos, tuvieran un poco, un poquito, de sentido común.
@juanlosimental