¿Qué era lo que iban a comprar los postores de Telmex? ¿Qué fue lo que finalmente adquirieron Carlos Slim y sus socios?
Según funcionarios del gobierno salinista, Telmex era una empresa sin futuro en manos del Estado, sin capacidad de inversión, con escasas perspectivas de enfrentar los retos tecnológicos.
Según los datos disponibles, Telmex no sólo era una empresa paraestatal viable, sino financiera, tecnológica y socialmente rentable.
Jacques Rogozinsky, subsecretario de Hacienda y coordinador de la Unidad de Desincorporación de Paraestatales, explicó en 1994, cuatro años después de la venta de Telmex:
“La crisis económica del inicio de la década de los ochenta impidió que el Estado proporcionara a Telmex los recursos necesarios para el mejoramiento y mantenimiento de un buen servicio (…)
“Era evidente que la empresa telefónica necesitaba cuantiosos recursos económicos, que el gobierno podía aplicar, pues consideraba que las necesidades de crecimiento y modernización requerían una inversión de 10,000 millones de dólares en cinco años (…)”
Como parte de la desincorporación, las autoridades llevaron a cabo, durante 1990, una serie de acciones de depuración y saneamiento que, en realidad, constituyó la cereza en el pastel destinado a los futuros compradores.
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