«Este 21 de marzo será inaugurado el aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía. En más de un sentido simboliza los mejores ángeles —como se dice— del Gobierno de la 4T: emerge de la cancelación por consulta popular del proyecto de un aeropuerto, el de Texcoco, sobre cuyos cimientos fueron una brutal represión en 2006 ordenada por Vicente Fox como Presidente y Enrique Peña Nieto como Gobernador del Estado de México en contra de los campesinos de San Salvador Atenco. Ya en campaña por la Presidencia, el candidato del PRI, Peña Nieto fue recibido en la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo de 2012, con una manta en la entrada del auditorio que decía: “Todos somos Atenco”. Su coordinadora, Alejandra Lagunes, trató de repartir billetes de 500 pesos para calmar a los estudiantes, pero su candidato acabó huyendo de los estudiantes y refugiándose en un baño. Anunciado por Fox, el aeropuerto fue durante los siguientes dos sexenios un lodazal: los terrenos sirvieron a la especulación de funcionarios, empresarios, organizaciones campesinas como Antorcha, y hasta un obispo de Ecatepec. Pero, cimentado más en la corrupción que en la ingeniería civil, en el fondo fangoso del lago de Texcoco, el aeropuerto iba a necesitar que, cada año, se le inyectara concreto. Las empresas de mantenimiento de una estructura que irremediablemente se iba a hundir, ya se frotaban las manos, pensando en las cuentas millonarias en Panamá y Andorra. Enfangado en la evaporación del sexenio de fachada desfachatada de Peña Nieto, iba a costar 300 mil millones de pesos y unas tres veces más por su manutención»: Fabrizio Mejía.




