Argentina, devaluación, inflación y crispación

«El primer día hábil en Argentina después del triunfo de Javier Milei ha sido prácticamente un anuncio de lo que vendrá en esta muy corta transición de poder, apenas 18, y en los primeros días de gobierno del nuevo presidente.

Ayer se reunió Milei con el mandatario en funciones Alberto Fernández, que tuvo una catastrófica gestión y que hace prácticamente seis meses que no aparece públicamente. Las caras de ambos en una mesa, en la residencia oficial de Olivos, con sólo un vaso de agua entre los dos, es un poema: lúgubres, serios, falsamente civilizados y nada más.

En realidad, en el encuentro de dos horas y media lo que se discutió fue quién se hacía cargo de lo que quiere Milei en sus primeros días de gobierno: hay que devaluar, pero Milei quiere que lo haga Fernández (y, por ende, Sergio Massa, el candidato derrotado del oficialismo que sigue en el cargo de ministro de Economía), mientras que el gobierno, que termina el 10 de diciembre, no quiere pagar ese alto costo político. Una suerte de analogía de lo sucedido en México entre noviembre y diciembre de 1993, el verdadero preludio de nuestra crisis de 1994.

Los mercados en Argentina recibieron al nuevo gobierno deslizando el peso a la baja e incrementando la devaluación, porque se sabe que ésta, adopte la medida Milei o Fernández, será inevitable. El país no tiene recursos, no tiene reservas, los supermercados se adelantaron a la inflación esperada y de lunes a martes los precios aparecieron con más de 40% de alza. La estrategia de Milei no puede implementarse sin dólares y se corre el riesgo de que, como ha pasado muchas veces en este país, el choque cambiario se combine con una inflación no controlada»: Jorge Fernández Menéndez.

Excelsior