Atlas sostiene el mundo al ser campeón

¡Rojinegros, no están soñando! No podía ser de otra manera, la herencia “a lo Atlas” los persiguió en el Estadio Jalisco hasta las últimas consecuencias: los penales, que fueron lo último que tuvo que soportar la fiel afición para acabar con 70 años sin título y escribir una nueva historia. Se concretó la transformación.

El segundo campeonato de su existencia fue atestiguado por alrededor de 47,500 fans en el estadio y seguramente el eco permeó en toda la República.

Rojinegros, el mítico titán Atlas recompensó su lealtad.

Julio Furch liquidó al León, que buscaba su novena corona de la Liga MX. Lo hizo en el último tiro de penal, después de que los Esmeraldas fallaran en dos ocasiones.

No hubo en el Jalisco gloria más grande que la noche del 12 de diciembre, religiosa para muchos mexicanos, con toda la energía de los fans brincando en las gradas, cimbrando una infraestructura de 61 años de edad.

Tuvieron que pasar por la tensión de los tiempos extra, de perder los dos volados en lo que se definió la portería y qué equipo abriría la tanda, e incluso la falla de Aldo Rocha desde los once pasos, jugador que no merecía vestir el traje de villano, no después de aquel gol que los condujo a esta instancia.

El Economista