¿Baja en las gasolinas? Más pronto cae un hablador…

Desabasto de gasolina en México

 

“Se acabaron los gasolinazos que tanto lastimaron mes a mes la economía de las familias mexicanas”, Enrique Peña Nieto (enero de 2015, durante su mensaje de año nuevo)

 

Eran días de promesas. Eran los días de hablar acerca de las bondades de la madre de todas las reformas: la energética. El presidente Enrique Peña Nieto enumeraba tres entre los beneficios más importantes: modernización del sector energético, creación de cientos de miles de empleos derivados de la inversión y reactivación del sector y baja en los precios de las gasolinas, la energía eléctrica y el gas.

De inmediato, los gobernadores priistas, todos (incluido el de Durango), los legisladores federales tricolores (como los de Durango), diputados locales y funcionarios afines al jefe del Ejecutivo federal (también los de Durango), aplaudieron y festejaron, y aseguraron que las palabras del presidente serían más que promesas y que pronto los mexicanos verían los resultados.

Sin embargo, el tiempo ha hecho una vez más su parte y los que antes aplaudían hoy guardan silencio.

A cinco días de que termine el año, el panorama es sombrío: no solo falta combustible en las gasolineras del país y se sienten ya los estragos del desabasto en una nación que se dice petrolera, sino que la propia autoridad (a través de la Secretaría de Hacienda) anuncia que a partir de enero los costos de las gasolinas tendrán un incremento, y en este caso se trata de un alza muy por encima de los gasolinazos (algunos centavos al mes) de los tiempos de Felipe Calderón.

Una vez que llegue el ya muy próximo 2017, la gasolina Magna costará 15.99 pesos por litro; la Premium, 17.79, y el diésel, 17.05; los porcentajes de incremento serán del 14.2, 20.1 y 16.5 por ciento, respectivamente, aunque los precios se establecerán por región. Por ejemplo, en el caso de Durango los costos proyectados del 1 de enero al 3 de febrero de 2017 serán: Magna, 16.27 pesos por litro; Premium, 18.04; diésel, 17.28.

De acuerdo con Hacienda, el incremento en los precios al consumidor no tiene que ver con la modificación o creación de nuevos impuestos, sino con la fluctuación de los precios internacionales de referencia. Y, en previsión de esto, habrá un esquema de variación de costos sujeto a la siguiente fórmula:

Los precios aplicables a partir del 1 de enero de 2017 se mantendrán vigentes hasta el 4 de febrero; después, el nuevo incremento será vigente hasta el 18 del mismo mes; a partir de ese día, los ajustes serán cada 24 horas: “los martes, miércoles, jueves y viernes, serán aplicables por un periodo de 24 horas; mientras que los sábados, domingos y lunes consecutivos, será aplicable el precio máximo que se dé a conocer para el sábado.

“Los precios máximos ahora se ajustarán con una mayor frecuencia comparada con lo que se hizo en 2016. Se comenzará con solo un precio máximo durante enero y hasta el 3 de febrero de 2017, para después en febrero hacer dos actualizaciones semanales en las primeras dos semanas del mes. A partir del 18 de febrero se determinarán de manera diaria”. (Sin embargo; 27 de diciembre de 2016).

De acuerdo con José Antonio Meade, secretario de Hacienda, los precios podrán ajustarse al alza o a la baja. “Se trata de un cambio tan importante que nos permite hablar, por primera vez, de un mercado de gasolina”.

¿Y cuáles serán los factores para determinar los precios de los combustibles? De acuerdo con Hacienda:

  • Los precios internacionales de referencia de cada combustible
  • Los costos del transporte, internación, flete y distribución
  • Otros conceptos, como los impuestos aplicables y el margen comercial de las gasolineras

A los anteriores habría que agregar uno que ya se siente en estos días: la especulación y hasta el posible ocultamiento de las gasolinas como una práctica cotidiana frente a la incertidumbre.

Los dichos

6 de mayo de 2012: en el primer debate entre los candidatos presidenciales, la propuesta 16 de las 23 presentadas por el entonces candidato Enrique Peña Nieto: “bajar el precio a los combustibles y hacerlos menos contaminantes”

11 de junio de 2013: “El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, sostuvo que para bajar el precio de los combustibles como la gasolina, es necesaria la reforma energética ya que permitirá a Pemex y a CFE ser empresas de mayor eficiencia”, El Universal.

12 de agosto de 2013: al presentar su propuesta de reforma energética, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó: “el objetivo es que la industria petrolera vuelva a ser motor del crecimiento económico de México, al tiempo de que las tarifas domésticas de gas y electricidad así como el precio de las gasolinas se reduzcan”, El Universal.

Marzo de 2014: a siete meses de la aprobación de la reforma energética, el entonces director de Pemex, Emilio Lozoya, dijo frente a los diputados: “el gobierno de la república jamás prometió que el precio de las gasolinas bajaría”.

Enero de 2015, durante su mensaje de año nuevo: “se acabaron los gasolinazos que tanto lastimaron mes a mes la economía de las familias mexicanas”, Enrique Peña Nieto.

Es la historia de este gobierno, el de Enrique Peña Nieto, uno donde las promesas fueron al por mayor, firmadas ante notario porque iba a cumplir cada una de ellas. Con el paso del tiempo, la realidad se ha impuesto y la verdad es una, incuestionable, y comprueba que por la boca muere el pez o que más pronto cae un hablador que un cojo, lo que se prefiera. Entre las promesas y su cumplimiento, la distancia es el abismo. Cualquiera promete. Cumplir es otra cosa.

Dijo alguna vez el presidente: “no me levanto pensando cómo joder a México”. Habría que agradecérselo pues; qué tal que sí lo hiciera.

@juanlosimental