«Es una pena. Varios capítulos interesantes del proyecto de nación y reformas necesarias se están viniendo abajo a causa ya no sólo de las zancadillas, sino de los tropiezos en medio de los cuales se impulsan o implementan.
La irredimible obcecación; la falta de discernimiento entre lo primordial y lo secundario; la predilección por la lealtad y la obediencia (en más de un caso pasajeras) sobre la capacidad y la experiencia, así como la confusión entre símbolos y signos, mandato y dicterio, querer y poder, velocidad y precipitación están provocando que la administración y su partido se den de topes contra la pared del callejón donde se metieron»: René Delgado.