“No se trata de preguntarme si soy machista o no, sino qué tan machista soy e ir transitando y profundizando de qué manera el ignorar mis emociones me afecta en primer lugar a mí y me puede llevar a un deterioro de mi salud mental y física”, comentó en entrevista el activista Nicko Nogués, autor del libro Hackea a tu macho (Planeta), en el cual plantea una serie de acciones encaminadas a desafiar las conductas tóxicas que replicamos los hombres.
“Hackea a tu macho es una herramienta para potenciar masculinidades positivas, masculinidades más sanas. Que cada quien elija la suya, no se trata de que ‘esto ya no es ser un hombre y ahora esta es la nueva moda’, porque no estamos hablando de eso. […]. No estamos hablando de eso. Estamos hablando de que hay otras alternativas para salirnos de esa caja de única masculinidad que hemos comprado de forma inconsciente”, expresó en entrevista.
El texto recurre a un formato dinámico en el cual el autor expone 10 hacks básicos sobre aquellas conductas con las que los hombres son educados a partir de una serie de estereotipos donde no se vale dudar, llorar, atender labores del hogar y demás comportamientos machistas que van limitando la manera en la que nos desenvolvemos en nuestro entorno.
“Está el tema de no permitirnos sentir, de no permitirnos amar, de no permitirnos llorar, de no permitirnos dudar o de no permitirnos darnos ese espacio para cambiar esos ‘no puedo hacer esto porque soy hombre’. Romper esos no, hackear esos no, hackear ese ambiente patriarcal, ese machismo interno, y poner ahí un ‘sí’ que abra un espacio en ese límite autoimpuesto y que nos permita ir transitando nuestras propias emociones, aprendiendo a gestionarlas y aprendiendo a que es necesario cambiar preguntas”, refirió Nogués, quien ha sido asesor experto en masculinidades positivas para ONU Mujeres México.
Para Nicko el primer paso para aceptar que seguimos perpetuando muchas actitudes machistas en nuestro día a día es “hacer las paces” con nuestra incomodidad al hablar sobre qué tan machistas somos: “Parece que es una ofensa hablar de machismo porque se están metiendo con nosotros. Hay mucha resistencia a hablar de esos temas”.
De igual forma, refirió que una vez que reconozcamos las conductas machistas que seguimos alimentando, el siguiente paso es ser corresponsables con los daños que hemos hecho a los demás.