«Aferrado a una campaña en medios para intentar frenar la reforma electoral anunciada por el presidente de la República, el partido Morena y el presidente del Senado, el consejero Lorenzo Córdova Vianello ha convertido al Instituto Nacional Electoral en un poder político autónomo para salvarse del despido.
El INE se creó para la función exclusiva de realizar elecciones con garantías de información y libertad de voto. Sin embargo, el Instituto se ha apropiado –o ha querido hacerlo sin éxito– de la construcción lenta y progresiva de una democracia que ha sido producto de muchos otros organismos, sobre todo, mal que bien, los partidos políticos»: Carlos Ramírez.