¿De qué golpe de Estado hablan?

«En Palacio Nacional ahora les ha dado por hablar de golpe de Estado, como lo hacían cotidianamente desde 2019 hasta 2021. Lo dice el presidente López Obrador y lo repiten sus coristas. Ahora el Presidente invoca el golpe de Estado, nada más y nada menos que para apoyar al fallido candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Samuel García, en su intento (ya caducado) de mantener esa candidatura, nombrar a su sucesor en Nuevo León y desconocer al mandatario interino que votó el Congreso local.

López Obrador defiende a García porque la labor de Samuel era apoyar tácitamente a Morena haciendo el trabajo sucio contra la campaña de Xóchitl Gálvez. Ignorando conscientemente, incluso, que lo único parecido a un golpe de Estado es lo que intentó Samuel cuando ordenó a su gente invadir el Congreso de Nuevo León para tratar de impedir que se eligiera a un gobernador interino luego de que el propio gobernador había solicitado licencia por seis meses. El episodio recordó a las huestes de Trump invadiendo el Capitolio el 6 de enero de 2020 para tratar de impedir que se legitimara el triunfo de Joe Biden.

No llega a golpe de Estado, pero sí a un flagrante desacato, el que García haga publicar lo que sea en el Periódico Oficial (equivalente al Diario oficial) del estado sin ser el gobernador en funciones, en este caso anunciando que reasume el cargo, sin haberlo comunicado antes al Congreso. Como lo es que García desconozca las resoluciones de la Suprema Corte sobre su pedido de licencia y la designación de su sustituto por el Congreso local.

Habrá que ver qué sucede con García, con las denuncias de desacato y si la fiscalía local decide investigar y castigar a los responsables de la invasión al Congreso de Nuevo León. Pero, como hemos dicho, García perdió la candidatura, puede perder definitivamente el gobierno de Nuevo León y perdió su credibilidad política.

Pero volvamos al tema del golpe de Estado. Pareciera que se quiere inseminar la idea como una estrategia electoral de miedo y como una coartada ante una hipotética elección cerrada en junio. El problema ante este discurso es que no hay ni posibilidad ni intención alguna de golpe de Estado y, en todo caso, viendo cómo se ha movido el gobierno federal estos años podríamos estar más cerca de un autogolpe, que es lo que en realidad intentó Samuel García»: Jorge Fernández Menéndez.

Excelsior