“Estamos, sin rodeos, entre los tres peores estados del país en desempeño industrial. Este no es un bache; es un colapso. Lo más dramático es que la caída es generalizada. No se trata de un sector en problemas, sino de un fracaso sistémico que afecta a todos los motores de nuestra economía.”.
La realidad, tozuda y respaldada por datos oficiales, ha asestado un golpe demoledor –uno más- a la narrativa triunfalista del gobierno de Esteban Villegas.
El más reciente Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF), publicado por el INEGI este 8 de octubre de 2025, no solo expone una crisis; confirma un naufragio económico que coloca a Durango en el sótano del desarrollo nacional.
Las cifras son contundentes y no admiten propaganda que las matice. En la comparación mensual (mayo-junio 2025), la actividad industrial de Durango se desplomó un -5.6%, posicionándonos en el lugar 28 de 32 estados.
Un dato preocupante que se convierte en alarmante al observar la perspectiva anual. De junio de 2024 a junio de 2025, la industria duranguense se contrajo un catastrófico -17.0%, hundiéndonos hasta el lugar 30 a nivel nacional.
Estamos, sin rodeos, entre los tres peores estados del país en desempeño industrial. Este no es un bache; es un colapso. Lo más dramático es que la caída es generalizada. No se trata de un sector en problemas, sino de un fracaso sistémico que afecta a todos los motores de nuestra economía.
El análisis por sector es un epitafio a la gestión económica actual. Las industrias más afectadas son: Construcción, -30.1%; Actividad Industrial, -16.2%; Minería, -9.2%; Industrias Manufactureras, -8.4%.
Estos números negativos son el verdadero rostro de la economía local, el resultado tangible de la inacción y la falta de estrategia de las secretarías de Finanzas y Desarrollo Económico: El estrangulamiento de la proveeduría local, la falta de un presupuesto orientado a incentivar la inversión pública y la nula voluntad política para reorganizar el gasto público, del cual depende nuestra precaria economía.
Mientras la propaganda oficial nos habla de un gobierno GIGANTE y un futuro brillante, los datos del INEGI nos muestran un presente en ruinas. La brecha entre el discurso y la realidad es insultante.
El barco de la economía de Durango se hunde y los datos lo demuestran. La pregunta es clara: ¿hasta cuándo seguirán el gobernador y su gabinete ignorando las alertas y vendiendo una prosperidad que solo existe en su imaginación?
Porque en el mundo real, los duranguenses ya están sintiendo los efectos de esta caída libre.
Leonardo Álvarez / @leon_alvarez



