Los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025, publicados por el INEGI, han encendido las alarmas a nivel nacional, pero resuenan con especial preocupación en Durango. Si bien el país enfrenta un aumento en la victimización delictiva, con una tasa de 24,135 víctimas por cada 100,000 habitantes, el caso de nuestro estado es particularmente alarmante y exige una reflexión crítica sobre la estrategia de seguridad implementada por la administración de Esteban Villegas Villarreal.
A primera vista, la posición 20 de Durango a nivel nacional, con 20,215 víctimas por cada 100,000 habitantes, podría parecer intermedia. Sin embargo, el verdadero foco de alerta no está en la posición, sino en el crecimiento exponencial de la inseguridad. Entre 2023 y 2024, Durango se posicionó como la tercera entidad con el mayor incremento en su tasa de víctimas de delito, con un alarmante aumento del 23.5%.
Peor aún, en lo que respecta a la tasa de incidencia delictiva —el número de delitos por cada 100 mil habitantes—, nuestro estado ocupa el segundo lugar nacional con un incremento del 54.9%, solo por debajo de Oaxaca. Para una entidad relativamente pequeña en población como la nuestra, este aumento es devastador y vulnera a una velocidad vertiginosa la tranquilidad de los duranguenses. Estos datos desmienten cualquier discurso triunfalista y evidencian un deterioro acelerado en la seguridad.
Es innegable que este reporte del INEGI, que abarca hasta el cierre de 2024, podría incluso quedarse corto frente a la percepción actual. Los acontecimientos vividos en los últimos meses de 2025 sugieren que la sensación de inseguridad es aún mayor. De hecho, para casi cuatro de cada diez habitantes de la capital, este es el principal problema a resolver, según una encuesta de GD Innovaciones de agosto de este año. https://gdinnovaciones.com/como-va-el-humor-social-en-durango-30-ago-25/
Este drástico aumento en la delincuencia pone en entredicho la efectividad de las políticas de seguridad del gobierno actual. La credibilidad de una administración se mide en su capacidad para garantizar la paz de sus ciudadanos, y los datos de la ENVIPE 2025 son contundentes. Exigen una respuesta igualmente clara, más allá de la retórica.
Es imperativo un análisis autocrítico que conduzca a un golpe de timón en la estrategia de seguridad, antes de que la situación se vuelva irreversible. La tranquilidad de los duranguenses no puede esperar.
Leonardo Alvarez
@leon_alvarez