Es natural que el gobierno de Estados Unidos haga todo lo que esté en sus manos por defender su industria automotriz frente la llegada de vehículos eléctricos a su territorio, inclusive ponernos en la mira. De acuerdo con Reuters, tres funcionarios mexicanos, familiarizados con el asunto, señalaron que, bajo presión de Estados Unidos, el gobierno federal de México mantiene a los fabricantes de automóviles chinos a distancia al negarse a ofrecer incentivos, como terrenos públicos de bajo costo o recortes de impuestos, para la inversión en la producción de vehículos eléctricos.
La última reunión entre altos funcionarios mexicanos y un fabricante de automóviles chino fue en enero, dijeron las fuentes, con ejecutivos de BYD. En la reunión, los funcionarios mexicanos dejaron en claro que no darían incentivos como los otorgados a los fabricantes de automóviles en el pasado y que los funcionarios suspenderían cualquier reunión futura con los fabricantes de automóviles chinos.
Sin embargo, BYD está evaluando sitios para instalar una planta en un radio de 200 kilómetros, alrededor de la Ciudad de México, y planea tomar una decisión en la segunda mitad de este año para determinar la locación donde se construirá su nueva planta da manufactura.
De hecho, la directora ejecutiva de BYD Américas, Stella Li, aseguró que BYD no tiene intención de ingresar al mercado de Estados Unidos y que, a diferencia de otros fabricantes de automóviles, no producirá vehículos en México para importarlos a Estados Unidos.
Un portavoz de la Casa Blanca declaró que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no permitirá que los fabricantes de automóviles chinos inunden el mercado con vehículos que representen una amenaza para la seguridad nacional.
Ante ello, recientemente el medio Wall Street Journal publicó las intenciones del presidente Joe Biden de cuadruplicar los aranceles a vehículos eléctricos procedentes de China, que probablemente se hará oficial la próxima semana y se aplicará no sólo a los vehículos eléctricos sino también a las baterías y paneles solares provenientes del gigante asiático.
Esto se suma a la acción que implementó la denominada Alianza para los Estados Unidos en febrero pasado, cuando declaró que Estados Unidos debería trabajar para evitar que los automóviles y las piezas fabricadas en México, por empresas con sede en China, se beneficien de un acuerdo de libre comercio de América del Norte.
En su reporte, la Alianza sostuvo que»la introducción de automóviles chinos baratos en el mercado estadounidense, que son tan económicos porque están respaldados por el poder y la financiación del gobierno chino, podrían terminar siendo un acontecimiento de nivel de extinción para el sector automotriz estadounidense».
Por otro lado, la Asociación de Vehículos de Pasajeros de China anunció que las exportaciones de automóviles aumentaron un 38% interanual, a 417,000 unidades en abril, continuando con el fuerte impulso del mes anterior, que registró un crecimiento del 39% en las exportaciones.
Pese a este escenario, una nueva investigación dada a conocer por Automotive News, mostró que los compradores estadounidenses de vehículos eléctricos ya conocen las marcas chinas. De hecho,los datos también revelaron que el 73% de los conductores estadounidenses considerarían comprar un automóvil eléctrico de una marca china si tuviera un precio 20% por bajo que un vehículo eléctrico de un fabricante de automóviles no chino.
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