Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata de la oposición de derecha, inicia el 2024 estancada en las preferencias electorales y, a cinco meses de la elección, priva la frustración y la derrota anticipada hasta de quienes fueron sus principales impulsores.
En las últimas semanas, en columnas y espacios de opinión un sector de la comentocracia que destacó a la Senadora panista como una política carismática que encarnaba al pueblo por su “origen modesto” y su biografía que era vista como “una metáfora del mexicano que busca una vida mejor”, como la describió Enrique Krauze —quien no ha vuelto a dar la cara por ella— ahora la cuestiona por el rumbo incierto al que lleva su campaña, la cual coinciden todas las encuestas no la logrado acortar la distancia que le lleva Claudia Sheinbaum Pardo, la aspirante presidencial del oficialismo.
“Tu campaña para la Presidencia de la República me parece muy lejos de las expectativas que nos habíamos hecho tus seguidores desde que te confirmaron que serías la candidata oficial del Frente Amplio por México conformado por PAN, PRI y PRD. Las encuestas más recientes señalan a Claudia Sheinbaum con el 64 por ciento de preferencia contra un pobre 30 por ciento por tu candidatura. Por más que estén amañadas, la diferencia es enorme. Esto me deprime, Xóchitl, me siento perdedora e ingenua. Confieso que me hice, como miles de mexicanos, muchas expectativas. ¡Qué decepción y qué frustración!”, criticó esta semana en Reforma, la escritora Guadalupe Loaeza.
“La campaña de Xóchitl Gálvez no camina. Desde que se hizo sorpresivamente de la candidatura presidencial, no ha dado un solo paso. Rebasó a todos los candidatos que tenían el sello de partido con un discurso que podía trascender las etiquetas; se impuso sobre quienes tenían un discurso doctrinario con una carta de pragmatismo. Puso frente al país su trayectoria personal, buenos reflejos y humor. Palacio Nacional se encargó del lanzamiento. La agresión del Presidente encontró en Gálvez a una mujer que lo encaró con gracia y firmeza. Pero parece que eso fue hace años”, cuestionó desde finales de noviembre Jesús Silva-Herzog profesor de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey.
El estilo de Gálvez, que fue visto en su momento por este sector como una muestra de frescura, ahora es considerado como una flaqueza de discurso y una falta de guía en un cuarto de guerra que se percibe inexistente. “Los errores que está cometiendo Xóchitl son tan graves que la realidad le va a imponer la necesidad de corregir esto porque es evidente que el asunto no funciona, y es evidente también que necesita encontrar un discurso que le rinda tanto como el que encontro proponiéndose ella como mensaje. No basta”, criticó en ese sentido el director de la revista Nexos, el intelectual Héctor Aguilar Camín, el pasado 5 de diciembre en la mesa de análisis de Carlos Loret de Mola.
Hace tan solo unos meses, Aguilar Camín hablaba de Gálvez Ruiz como “la novedad efervescente” de la política mexicana, como lo comentó en julio de 2023 en el programa de radio de Joaquín López-Dóriga. “De repente apareció ahí una candidata tremendamente atractiva y que muy rápidamente se está convirtiendo en la favorita para ganar la competencia en el bando de frente”.
Y así fue, Gálvez ganó la candidatura de la oposición, pero no en un proceso abierto y ciudadano como prometió la sociedad civil que la respaldó, sino a partir de un acuerdo cupular entre las dirigencias del PRI, PAN y PRD, partidos de los cuales no se ha podido deslindar en los hechos.
Las últimas mediciones dan cuenta de cómo Gálvez Ruiz se mantiene en el piso del 22 por ciento de las preferencias electorales más de 30 puntos debajo de Claudia Sheinbaum, quien tiene una preferencia del 55 por ciento, de acuerdo con la quinta encuesta nacional preelectoral de la casa Covarrubias y Asociados, publicada este miércoles en El Heraldo de México. El 5 diciembre, Enkoll situaba en el mismo nivel a Gálvez y a Sheinbaum en un 49 por ciento.
El 21 de noviembre, Mitofsky, que ha trabajado para el PRI y Televisa, identificó a Sheinbaum como la puntera con 56 por ciento de preferencias, mientras que Gálvez alcanzó 32 por ciento y 11 por ciento García.
También al inicio de las precampañas, Buendía y Márquez publicaron, en El Universal, que Sheinbaum tenía 48 por ciento de las preferencias, mientras que Gálvez alcanzó 24 por ciento, mientras que Parametría dio a la morenista 52 por ciento y 25 por ciento a la panista. Es decir, Gálvez tenía las mismas preferencias de entre 25 por ciento y 30 por ciento de las preferencias electorales de PRI, PAN y PRD, los partidos que la postulan a la Presidencia de la República, sin aportarles mayor aceptación.
Sin Embargo