Hablando en serio… ¿Disminuyó la pobreza?

La verdad que no pude evitar preguntarme, como usted, si es o no verdad… ¿Es cierto que en el periodo comprendido entre 2014 y 2016 disminuyó la pobreza en México? ¿El gobierno maquilla las cifras y las estadísticas? ¿Estamos mejor o peor que “antes”? ¿Qué pasó con la clase media en ese lapso de tiempo?

Es inevitable que a estas alturas de la vida no hagamos estas preguntas. Más si en nuestras familias día con día no solo se ve sino se siente el deterioro del ingreso. Nunca antes había sido tan elocuente aquello de “ya no me alcanza con lo que gano”.

No voy a entrar en descalificaciones simplistas. Demos por ciertas las estadísticas de INEGI y luego al análisis del CONEVAL, a pesar de que estadísticamente hablando y por un tema esencialmente de comparabilidad, ambas instituciones generaron dudas e incertidumbre sobre este análisis y los que vienen a futuro. Demos por cierto que la pobreza disminuyó desde 11.4 millones de personas (mdp) en 2014, hasta 9.4 mdp en 2016; que 53.4 mdp o 40% de la población mexicana se encuentra con al menos una carencia social definida dentro de la pobreza en México (salud, ingreso, vivienda, vestido o alimentos).

Si la pretensión institucional es promover que en ese lapso de tiempo (2014-2016) disminuyó la pobreza, muy bien. Un aplauso para todas las autoridades. SIN EMBARGO, al mismo tiempo, debemos ser críticos y poner las cifras en su justa medida y dimensión. No extraviemos la utilidad de las estadísticas y, como con las encuestas políticas, usémoslas para planear y enfocar las políticas de largo plazo y no nos quedemos festejando un cortoplacismo miope.

Si bien la pobreza disminuyó según las cifras oficiales (2014-2016) antes, desde III Trimestre 2013, padecimos una caída brutal en el poder adquisitivo que empezó a revertirse hasta III Trimestre 2016. Es decir, la pobreza no es cuestión de enfocarse en las clases más pobres: ¿Qué pasó con la clase media en ese lapso de tiempo? Se habla hasta la saciedad de que los pobres disminuyeron pero se dice muy poco de aquellas capas sociales donde el consumo, empleo, ingreso y calificación laboral es la base de la economía.

Por otra parte, en ese mismo lapso, periodo en el que se mide la pobreza entre 2014 y 2016 con los instrumentos de la ENIGH del INEGI, la señal de prevención en esta coyuntura es que mientras la inflación fue baja entre 2015-2016, ésta ha aumentado en lo que va de 2017. De continuar esta alza en el nivel general de precios, una parte de la ganancia del ingreso por trabajo podría verse revertido y contrarrestar los resultados de los dos años previos. En el segundo trimestre de 2017, y a partir del gasolinazo de enero 2017, la inflación se ha disparado a niveles de 5.49% anual, hecho que pulveriza los ingresos de las familias. No necesitamos ser eruditos y entender que en el lapso de la siguiente medición, 2016-2018, los niveles de pobreza van a aumentar. En qué medida, me parece que muy amplia. Hay que añadir los estragos de la naturaleza, la incertidumbre del gobierno de Donald Trump y la ineficaz política económica del gobierno peñista.

El periodo 2014 y 2016 es, esencialmente, una combinación virtuosa de programas sociales como PROSPERA: Adultos mayores, seguro popular, piso firme y un sinfín de políticas públicas; inclusive, de gobiernos estatales enmarcadas en las políticas de carácter social que, en ese lapso de tiempo (bonanza y deuda pública), se combinaron y dieron resultado “electoralmente” no en cuestión del PIB o desarrollo económico. Seguimos estancados en un PIB de 1.5-2.5% anual desde hace treinta años.

Mi hipótesis al respecto es que fueron los dos primeros años del gobierno de Peña Nieto, época de programas como el PRONAPRED, PROSPERA y de Seguridad Pública, que trasladaron un cantidad grosera de recursos a los gobiernos locales, a costa del endeudamiento público que hoy es de 45-50% del PIB nacional, a propósito de las elecciones del 2015 y 2016, respectivamente.

En ese contexto, me parece que el gobierno no miente al argumentar que la pobreza disminuyó, pero ¿De qué sirve? ¿Para replicar las dádivas electoreras? No miente, pero si utiliza la información de manera parcial y, lo peor, no estamos remotamente mejor que antes: el ingreso y nuestra capacidad de compra han disminuido brutalmente con la inflación y el aumento de la tasa de interés en detrimento de la clase media.

@leon_alvarez