Al niño que llevamos dentro…
Éramos todos muy amigos.
Nos gustaba jugar juntos,
la pasábamos bien reunidos,
intentábamos hacerlo lo mejor posible:
atacar mucho, y luego recuperarla,
con la ilusión de volver a atacar.
Y esperábamos la compañía de la suerte…
¡Ganamos, perdimos… y al final, nos divertimos!
El Cantinero