Después de repetidas visitas a Palacio Nacional para hablar sobre temas de seguridad de la agenda bilateral, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, afirmó hoy que México es un «socio crucial» en combate al fentanilo, y resaltó los esfuerzos que despliega el gobierno estadunidense de Joe Biden en la lucha contra este opiáceo sintético y el tráfico de armas, con el mensaje de que la política «la iniciamos en casa».
En una declaración difundida por la Embajada de Estados Unidos, Salazar resaltó por ejemplo que la administración Biden invirtió más de 42 mil millones de dólares en 2022 para enfrentar la epidemia se sobredosis del fentanilo, y destinó otros 30 mil millones de dólares en atención al tratamiento de adicciones y de la salud mental.
Respecto al combate al tráfico de armas, tema que el gobierno mexicano colocó en el centro de la agenda bilateral, Salazar informó que las autoridades estadunidenses decomisan más de 600 mil armas al año, tres veces más que antes, y que ahora se castiga el tráfico de armas con penas de hasta 25 años de cárcel.
En semanas recientes creció la presión en Estados Unidos para acentuar el combate contra el fentanilo, lo que llevó a Washington a elevar sus exigencias al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por combatir el tráfico de este opiáceo sintético, que causa más de 100 mil muertes por sobredosis al año en Estados Unidos.
Salazar se ha reunido en repetidas ocasiones con López Obrador, y la semana pasada Biden mandó una delegación a México para acordar un incremento de la cooperación en el combate al tráfico de fentanilo. En el marco de estas pláticas, el gobierno mexicano ha resaltado que sus autoridades han decomisado más de seis toneladas de fentanilo, y que la lucha contra los grupos que trafican el opiáceo costó la vida de más de 75 elementos.
En materia de seguridad, el gobierno mexicano ha exigido una relación bilateral recíproca, en la cual México se compromete a combatir las redes de traficantes a cambio de que Washington luche contra el consumo y contra el tráfico de armas, que alimenta el poder de fuego de los grupos criminales de este lado de la frontera.
Proceso