La aparición de un nuevo canal de pensamiento religioso en la radio de la Ciudad de México, ahora a través de La Guadalupana 1260 AM, aumenta las críticas respecto de hasta qué grado es permisivo que los ministros de culto y las organizaciones civiles con tintes religiosos puedan transmitir señales de radio o televisión en un país que por casi 200 años ha intentado ser secular en sus instituciones y medios de información, pero cuyo pueblo es profundamente devoto de alguna fe.
En México, un total de 57 emisoras ya reconocidas por el público han transmitido en los últimos tres años algún tipo de contenido religioso. De ellas, se han identificado que tres operan en la clandestinidad, porque no cuentan con la autorización legal para enviar señales al aire, en tanto que una es intermitente con sus transmisiones y otras hacen un extraño híbrido de radio AM/FM con Facebook.
De todas ellas, 45 hoy están al aire con sus transmisiones por todo el país con contenidos católicos y otras también ofrecen una variedad de pensamientos cristianos, si es válido usar esa expresión así. Y dos más están por entrar al cuadrante de la FM de Comalcalco y Mérida. Se desconoce si actualmente están al aire programas con pensamientos relacionados con el judaísmo, el Islam u otras religiones.
La firma de investigación de audiencias de radio y televisión INRA hace mediciones en localidades donde se ubican trece de estas 45 emisoras y de sus resultados se destaca que en julio del 2021, estas trece estaciones acumularon 141,397 radioescuchas diarios. De las otras 32 emisoras también con transmisión no se cuenta con datos actualizados.
Un total de 45 emisoras hoy al aire en las bandas de AM y FM, y repartidas por 22 estados de la República y con alcance en más de 50 localidades, entre áreas metropolitanas, ciudades medianas y áreas rurales, significaría para algunos una suerte de cadena nacional de radio religiosa, pero en realidad esas estaciones apenas significan el 2.4% de todas las emisoras que operaban en el país al último día del 2020, un total de 1,841, por lo que, todavía, la llamada radio religiosa tiene poco peso en un sector que lleva operando un siglo en México, como es la industria radiofónica, y exhibe también el grado de inclusión que proyecta la democracia mexicana con la diversidad de pensamientos.
El Economista