A partir de las 5 de la tarde local, comenzó el conteo de los votos ayer en El Salvador. La transmisión televisiva de los medios de comunicación locales mostraban los escrutinios en departamentos como Santa Ana, Sonsonate, y Ahuachapán donde los funcionarios repetían una y otra vez: “Nuevas Ideas, Nuevas Ideas, Nuevas Ideas”, al mostrar las boletas que ratificaban la aplastante victoria del presidente reelecto para otros cinco años de gestión, Nayib Bukele.
Los cinco candidatos de la oposición apenas aparecieron en las votaciones. Con el 31% de las actas procesadas por el Tribunal Supremo Electoral al cierre de esta edición, Bukele obtenía el 82.9% de los votos, por encima del 7% del segundo lugar, el candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Manuel Flores.
La estrategia de Bukele para serenar El Salvador dejó hasta el momento 75 mil criminales presos más la construcción de una megacárcel con capacidad para 40 mil reos.
A las 10:16 de la noche, Bukele salió a un balcón del Palacio de Gobierno en el centro de San Salvador, de la mano de su esposa, Gabriela Rodríguez, para agradecer ante miles de salvadoreños.
Sencillo, con una playera beige de manga larga, ofreció su primer discurso como presidente reelecto. “Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en toda la historia del mundo. Nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que hemos ganado este día”.
Ante los vítores de la multitud, que no le permitía seguir sin aplausos tras cada frase, aseguró: “Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático. Toda la oposición, junta, quedó pulverizada”.
Dicen los que no conocen El Salvador, los que nunca lo han visitado, que los salvadoreños viven oprimidos, que no quieren el régimen de excepción, que tienen miedo del gobierno, les digo a los periodistas desde el país más seguro del hemisferio occidental, no me crean a mí, yo sólo soy un político, créanselo al pueblo, que se los está diciendo.
El pueblo salvadoreño habló fuerte y de la manera más clara en la historia de la democracia mundial, si eso no los convence señores de las oenegés, de los organismos internacionales, de la OEA, nada los va a convencer”, sentenció.
La delegación de observadores de la Organización de Estados Americanas, encabezada por la ex vicepresidenta panameña, Isabel de Saint Malo, aseguró a los periodistas que las elecciones se desarrollaron con tranquilidad.
Desde hace casi dos años el país vive bajo un régimen de excepción que se renueva en el Congreso mes a mes a petición de Bukele, quien primero militó en el FMLN y luego en el centrizquierdista Cambio Democrático. El régimen de excepción suspende derechos ciudadanos fundamentales como el de tener acceso a un abogado o el de ser informado de los motivos de la detención.
En ese contexto, más de 76 mil personas han sido encarceladas –90 por ciento está sin sentencia judicial– y aunque esa estrategia ha sido ampliamente cuestionada por organizaciones de derechos humanos, constituye los cimientos de la política de mano dura que Bukele planteó para luchar contra la delincuencia y las pandillas en sus últimos años de mandato.
La Jornada