«Al comienzo del año escribí en Proceso sobre el inicio de una nueva Guerra Fría debido a la tensión entre Rusia y Ucrania. Aludía a la división política del mundo durante varias décadas. La polarización ahora es entre Europa y Rusia, pero se trata de un juego en el que Estados Unidos tiene la palabra definitiva. Lo que no imaginé es que no se convertiría en una guerra convencional entre dos países, sino en la guerra de todos los países occidentales contra Rusia. Ucrania suscitó una unanimidad que no recuerdo se hubiera alcanzado.
La lamentable invasión de Estados Unidos a Irak en 2003, lejos de provocar la protesta por lo descabellado de una guerra que pronto provocaría más de 1 millón de muertos, cientos de miles de heridos y mutilados, millones de desplazados y de refugiados en otros países, fue apoyada por Inglaterra, Alemania, España y otros países, que ahora condenan la incursión de Rusia en Ucrania cuyos daños hasta ahora no son comparables»: Carlos Martínez.