Durante la conferencia mañanera de este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador oficializó la renuncia de Julio Scherer Ibarra a la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República.
Fechada el lunes 30 de agosto, Proceso reproduce íntegra la carta de dimisión de Scherer.
Lic. Andrés Manuel López Obrador
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos:
Nuestro andar juntos tiene más de veinte años. La simpatía, la sinceridad y el afecto nos fueron acercando; los valores y la convicción acabaron por hacer de nosotros dos amigos que verdaderamente se quieren.
Seguía cada quien una ruta distinta que finalmente nos conduciría a un destino común: usted desde su posición de político; yo desde la mía en un despacho de abogados.
Con sus pasos reconocí en usted gestos de mi padre con los que me comprometí ineludiblemente: el pleno respeto a los derechos humanos y su lucha contra la corrupción y la desigualdad como prioridad.
Rumbo a la campaña presidencial de 2006 me ofreció ganar o perder a su lado y yo decidí acompañarle. Estos años fui testigo en primer línea de su honestidad, su compromiso con los más desprotegidos y la esperanza que en ellos despierta.
Desde el inicio del proyecto ambos supimos que nuestro desempeño como parte del gobierno tendría un tiempo límite: para usted los seis años que marca la Constitución para el encargo de ejecutivo federal; para mí la realización de las reformas legales necesarias para alcanzar la justicia social que usted persigue.
Agradezco la confianza y el apoyo que como Consejero Jurídico de la Presidencia me manifestó en todo momento, pero sobre todo la oportunidad de contribuir al desarrollo de la cuarta transformación de México que, tengo la certeza, va cristalizándose paulatinamente.
Cumplida la encomienda pactada, mi ciclo se completó y es tiempo para retomar las actividades que dejé en pausa para formar parte de un proyecto de Nación, encabezado por usted, en el que creí y en el que creo.
Fueron incontables nuestros encuentros; muy pocos los desencuentros. Nos marcaron miles de conversaciones, confidencias, consejos, desahogos, planes, proyectos, dudas, frustraciones, luchas, celebraciones y fracasos.
Usted devolvió el respeto y la admiración por la investidura presidencial en millones de mexicanos entre los que yo me cuento. De los amigos uno nunca se despide. Por eso, ni mi compromiso personal con el amigo ni con el Presidente de la República están concluidos.
Julio
Proceso