Un país siempre necesita de héroes: personas de gran valentía y coraje, que enfrentan todo tipo de retos para proteger la patria. Es cierto que todos ellos son de carne y hueso, pero la historia y el nacionalismo los hacen parecer extraordinarios. Los héroes, algunos nacen, pero otros se hacen, por vivir en momentos de quiebre social, con una suerte de azar y destino.
Este es el caso del presidente de México, Enrique Peña Nieto, que en una semana pasó de ser el villano nacional para la opinión pública -debido al alza en los precios de los combustibles-, a tener la posibilidad de ser un héroe para la posteridad; y la conversión no fue gracias a su talento, inteligencia o a la gran labor de su equipo de imagen y comunicación, sino a la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
Y es que, aunque tardía, la respuesta de Peña Nieto a las arremetidas de Trump contra el pueblo de México, han sido acertadas. De seguir así, la historia podría recordarlo como un mandatario que supo sacar la casta por la patria, ante un extraño enemigo que ha osado profanar con sus palabras y acciones nuestro suelo.
Y vuelvo a lo que señalaba en el primer párrafo, los héroes son seres humanos, de carne y hueso, con errores, pero que han sabido aprovechar momentos decisivos para hacer lo que el pueblo demandaba, para proteger la soberanía nacional. ¿Quién diría que la oscura administración de Peña tendría frente a sí la gran oportunidad de ser inmortal para bien?
El siguiente mes será decisivo para cómo será recordado el presidente, pues vienen en febrero tres ajustes a los precios de las gasolinas. Esta acción, vuelve a encender las protestas que hacen a Enrique Peña Nieto un villano, o muestra que merece más atención para los mexicanos defender el país de los embates del vecino país del norte, siendo el mandatario federal, el héroe que necesitamos. Tenemos, sin lugar a dudas, una cita con la historia.
Por: @rolandonotas