En México hay indicios de potencial en litio desde finales de los años 70 y principios de los 80, según documentos del Consejo de Recursos Minerales (hoy Servicio Geológico Mexicano); sin embargo, el modelo neoliberal optó por truncar la exploración del que los geólogos de ese entonces denominaban un mineral estratégico para el país al ceder los recursos naturales, entre ellos el minero, al sector empresarial, apuntó Violeta Núñez Rodríguez, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En entrevista, la especialista en minería destacó que hace poco más de 40 años el gobierno mexicano tenía un programa de exploración nacional al que llamó Proyecto Litio, enfocado en Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Oaxaca, San Luis Potosí, Zacatecas, Sonora, y Chiapas, entidades donde los geólogos sabía de la presencia de litio.
Los estudios de lo que ahora es el Servicio Geológico Mexicano (SGM) son muy técnicos, pero van dando cuenta de la posible presencia y riqueza del mineral en México, en esos estudios históricos se vislumbra el potencial del país, pero luego hay un cambio, la exploración se truncó por la llegada del modelo neoliberal, apuntó.
En un documento del 9 de octubre de 1980, geólogos del Consejo de Recursos Minerales decían que el litio era un mineral estratégico que se empleaba para la fabricación de las bombas de hidrógeno y en los motores de gas de los submarinos.
Además de que el incremento en la demanda de dicho mineral había dado lugar a buscar nuevos usos como la producción de energía en los reactores de fusión.
Tenía poco tiempo que se había descubierto su utilidad para la fabricación de baterías eléctricas de larga duración y de recargas múltiples, que podrían ser utilizadas principalmente en vehículos de motor eléctrico.
Estamos hablando que desde hace 40 años los geólogos mexicanos ya habían vislumbrado el potencial que tenía México y el uso que se le podía dar al mineral, por lo que incluso lo calificaron como estratégico para el futuro y con gran importancia para el país, apuntó Núñez Rodríguez.
La Jornada