«Al margen de lo que cada cual opinemos, probablemente Vladimir Putin y Donald Trump ganarán la partida en la que se encuentran inmersos: una negociación a su favor en Ucrania y la Presidencia de Estados Unidos, respectivamente.
Las más de dos horas de entrevista que el Presidente ruso acaba de conceder al periodista estadounidense Tucker Carlson, ofrece algunas pistas para explicar esas muy probables victorias. La clave es la enorme debilidad que Occidente ha exhibido para montar una estrategia eficaz de represalias en contra de Moscú. Y peor aún, el hecho de que sus repercusiones habrían dañado más a Europa (a Alemania desde luego), y en cierta forma a Estados Unidos que a Rusia. El Kremlin apenas ha resentido la caída de ingresos por concepto de hidrocarburos, pero a cambio ha diversificado su mercado gracias a sus crecientes exportaciones a China, India, Turquía y en general al sudeste asiático, con la ventaja de que hoy lo hace en yenes o rublos y no en dólares. La proporción del comercio internacional que se hace en dólares se ha desplomado en esta zona, que es, además, la de mayor crecimiento. Es el problema, dice Putin, de haber utilizado infructuosamente como prenda de extorsión la joya de la corona: el reinado del dólar.
Algo similar podría estar sucediendo con el boicot tecnológico. Entregó el mercado ruso y su importante sector tecnológico, cibernético y científico a una alianza simbiótica con el poderoso motor económico chino. Un vínculo que podría tener enorme peso en la futura correlación de fuerzas del desarrollo científico. Y aún más preocupante a corto plazo es el impacto en la industria bélica hostil a Occidente: las reservas rusas, que siguen siendo inmensas, hoy financian el desarrollo armamentista de todos los países dispuestos a ignorar las sanciones en contra de terceros. Entre más se alargue la guerra se hará más sólida la infraestructura y las cadenas de producción en Corea del Norte, Irán y otros países que experimentan un auge inesperado en este rubro.
El boicot fallido ha sido un tiro al pie en otros aspectos. Para evitarse sanciones buena parte del comercio de otros países ha dado lugar a la proliferación de flotas mercantiles informales, apócrifas o piratas y se estima que hoy movilizan un 20 por ciento del comercio mundial»: Jorge Zepeda Patterson.