En septiembre pasado, el personal de Ricolino logró un aumento salarial de 6% y de 15% en prestaciones cuando aún pertenecía a Grupo Bimbo. A partir de 2023, Mondelēz, el nuevo dueño de la confitería, será quien negocie con el Sindicato Nacional Alimenticio y del Comercio (SNAC), adherido a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), una de las centrales obreras más grandes del país a pesar de estar perdiendo representación.
De acuerdo con el artículo 41 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), “la substitución de patrón” o la venta de la empresa “no afectará las relaciones de trabajo”. La organización que haya comprado la compañía “será solidariamente responsable” de las obligaciones que contrajo la anterior, pero sólo por seis meses.
Terminado ese periodo “subsistirá únicamente la responsabilidad del nuevo patrón”. Del cambio patronal deberá darse aviso al personal o al sindicato, en caso de contar con uno.
La plantilla de producción que ha adquirido la multinacional estadounidense Mondelēz consta de más de 6,000 empleados y empleadas en tres plantas. La transacción fue por 1,329 millones de dólares y una vez que sea aprobada por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), podrá tomar parte en la revisión anual de contrato con el SNAC.
El proceso administrativo de la compra-venta podría concluir hasta octubre, un mes después de la fecha estipulada para negociar el CCT. Por ello será hasta 2023 cuando le toque hacer este trámite.
“Aunque las empresas se vendan, los contratos colectivos de trabajo (CCT) no están a la venta. Que nuestros compañeros de Ricolino estén seguros de que van a mejorar sus condiciones laborales”, sostiene Alejandro Martínez Araiza, secretario general del (SNAC). La antigüedad es uno de los puntos importantes a resguardar, pues algunas personas llevan más de 30 años laborando para esa empresa.
El SNAC es el titular del CCT de Ricolino, así como de El Globo, Hershey’s, Turín, Comex y más, en total son 32 empresas y 50 contratos colectivos.
El Economista