«En unas horas sabremos cómo concluirá el sainete en el que se ha metido (y ha metido al estado de Nuevo León) el gobernador y candidato, un rato cada cosa, Samuel García, que está empeñado en jugar simultáneamente ambos papeles.
Samuel García se comprometió, fue uno de sus lemas de campaña, a ser gobernador por seis años. Criticó acremente a su antecesor, Jaime Rodríguez, El Bronco, porque dejó ese cargo para irse como candidato presidencial. Se comprometió a que terminaría obras y proyectos, y que mejoraría la seguridad.
Su principal proyecto, El Cuchillo II, destinado a dotar de agua a Monterrey y la zona conurbada, se inauguró cuando era evidente que no estaba terminado. Ya está cerrado, precisamente, para poder terminarlo, y no tiene fecha de reapertura. Otro gran proyecto, la megafábrica de Tesla (en la que mucho tuvo que ver el esfuerzo de la entonces subsecretaria Martha Delgado y de los ingenieros del TEC de Monterrey que trabajan en la planta de Tesla en Austin) está en veremos, porque el “compadre” de García, el empresario Elon Musk, tiene el proyecto en pausa por la situación global. La seguridad del estado ha ido para peor e, incluso, municipios que siempre han sido los que mejores niveles de seguridad pública han tenido, como San Pedro Garza García, han comenzado a tener problemas y ajusticiamientos.
La relación política de García con los partidos en su estado es muy mala porque el gobernador no tiene mayoría en el Congreso y no ha hecho intento alguno por conformar mayorías de consenso. Al contrario, como lo está haciendo en su campaña, sus enemigos son el PRI y el PAN, y se ha metido en una lucha que, en el ámbito local, lo único que busca es quitarle facultades al Poder Legislativo y al Judicial para asumirlas él. Todo eso se pone de manifiesto en su intento de dejar en el gobierno del estado a quien García quiera, cuando, lamentablemente para él, la ley establece que eso lo decide el Congreso. En el camino no ha dudado en manosear la ley y las instituciones para lograr su objetivo»: Jorge Fernández Menéndez.