Como siempre sucede en Durango, el ruido público en nulo, pero la tensa calma esconde un silencio ensordecedor bajo el telón.
La estrepitosa derrota que sufrió la Coalición Fuerza y Corazón Por Durango es evidente y rotunda. ¿Quién queda fortalecido? Esa es otra historia que estará escribiéndose en tiempo real. Por el momento, existe incertidumbre.
Hay quienes ya apuntalan a Toño Ochoa para reelegirse el próximo año, lo que a mi parecer me parece precipitado. Otras voces, muy en radio pasillo, argumentan que Esteban Villegas se sacudió a Ismael Hernández Deras del camino y, de paso, perfiló la entrega del Estado a MORENA tal como sucedió en otras entidades en las pasadas elecciones. Eso no lo sabemos con certeza. Sobre los hechos por ocurrir queda el análisis.
Sin embargo, una pregunta es pertinente: ¿Qué es lo que realmente sucedió en el PRI como parte de la Coalición gobernante en Durango, y qué sucedió en el PRI dentro del PRI? Lo iremos atestiguando con el paso de los días, las semanas y los meses. Lo cierto es que la traición dentro del PRI es de la misma dimensión que la traición de Ismael Hernández Deras contra José Rosas Aispuro, antes de las elecciones del 2010. ¿Quién pagará los platos rotos? Insisto, eso está por verse.
En los hechos, con datos del PREP al 05 de junio, MORENA obtendría 9 Diputados (seis diputados de mayoría y tres de minoría); el PRI ocho diputados (4 de mayoría y 4 plurinominales); El PAN cinco diputados (3 de mayoría y dos plurinominales); el PVEM obtendría dos de mayoría; y MC un diputado de representación proporcional.
En teoría, con este equilibrio en el Congreso, MORENA y Aliados, tendrían nuevamente la oportunidad de ser un contrapeso para el Gobernador Esteban Villegas, aunque, dadas la trayectoria, experiencia y comportamiento de MORENA y aliados en Durango, se espera que sigan siendo comparsas, dóciles y jueguen al ritmo que marca el gobernador. Esa ha sido la historia en Durango, lamentablemente para la oposición.
Chance y nos den la sorpresa. Veamos, escuchemos y califiquémosles.
Leonardo Álvarez