«Hemos llegado al momento de la verdad. Dentro de una semana habrá candidata del Frente Amplio por México (PRI, PAN y lo que queda del PRD) y luego, con diferencia de tres días, saldrá la decisión de la izquierda. Quedará pendiente Movimiento Ciudadano, cuyo conflicto se resume en esto: O Dante Delgado cede a la presión de las élites representadas en Enrique Alfaro (intelectuales, periodistas, medios y empresarios) o sigue con su plan del candidato propio.
Es un momento ingrato para Dante. La presión que resiste es desde adentro y desde flancos que han sido aliados. Tiene un abismo frente a sí mismo: si no se une al PRIAN se le separa Jalisco y si se une, entregará Movimiento Ciudadano a quienes le tuercen el brazo por la mala. Pero además, entregará su partido a un grupo que representa lo más rancio de la política y que va de fracaso en fracaso. Los actores que lo abrazaban ahora le dan la espalda y lo presionan. Esos a los que ha dado cobijo durante años se han aliado para derrotarlo. Él mismo ayudó a crear el monstruo que le jala las patas, pues.
La candidatura presidencial de la izquierda tendrá varias lecciones y sorpresas. Cada punto que crezca Gerardo Fernández Noroña será una lección de que el gasto grosero en publicidad no es necesariamente lo que define lo que quiere la gente. Otra sorpresa –y lección a la vez– es, pero a la inversa, Adán Augusto López: los ríos de dinero que corrieron con su candidatura no serán suficientes para imponerlo, según leo en todas las encuestas»: Alejandro Páez Varela.