Diversas fotografías de una masacre perpetrada en el este de Myanmar en Nochebuena que presuntamente dejó más de 30 personas muertas y calcinadas en sus vehículos —incluidos mujeres y niños— se han propagado por redes sociales, suscitando indignación contra los militares que tomaron el poder del país en febrero, incluso de la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las imágenes muestran los cadáveres quemados de más de 30 personas en tres vehículos calcinados a los que, según versiones, efectivos del gobierno balearon cuando las victimas huían de una zona de combate. Fue imposible corroborar la información de manera independiente.
El subsecretario general de la ONU, Martin Griffiths, dijo el domingo que estaba «horrorizado por los informes de un ataque a civiles» en Birmania el 24 de diciembre. El alto funcionario internacional calificó de «creíble» la información sobre el hallazgo de «35 cuerpos» en vehículos quemados en el noreste del país.
«Condeno estos graves hechos», destacó en un comunicado, en el que instó «a las autoridades a poner en marcha de inmediato una investigación seria y transparente».
El grupo de asistencia internacional Save the Children indicó que dos miembros de su personal desaparecieron en la masacre, la cual generó indignación contra los militares que asumieron el poder tras derrocar al gobierno electo de Aung San Suu Kyi. Save the Children dijo que estaba suspendiendo sus actividades en la región.
La embajada estadunidense en Myanmar expresó el domingo su consternación por el «ataque bárbaro en el estado de Kayah en el que murieron al menos 35 civiles, entre ellos mujeres y niños».
«Continuaremos exigiendo la rendición de cuentas de los responsables de la actual campaña de violencia contra el pueblo de Birmania», señaló la embajada en un comunicado.
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