El trópico entrañable, de belleza en carne viva, encontró en el poeta tabasqueño Carlos Pellicer un admirador de su exuberante paisaje natural, asombro que reflejó en su escritura. Considerado un vanguardista literario en la modernidad del siglo XX, también impulsó la utopía de la educación al lado de José Vasconcelos, al tiempo que ejerció el magisterio con un ejemplo de interés en el pasado prehispánico. Integrante del grupo de intelectuales los Contemporáneos, también fue un político e promotor de museos. Hoy se cumple el 125 aniversario de su nacimiento en San Juan Bautista de Villahermosa, en 1897.
Naturalmente que el mundo es malo, pero es hermoso, pronunció Pellicer en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, en 1953. “Gracias a la alegría del idioma he conseguido algún aliento para cantar las grandes cosas del hombre. De niño, me fue revelado el heroísmo de Cuauhtémoc. De joven, la gloria de Bolívar. Más tarde conocí la intimidad prodigiosa de san Francisco de Asís y de san Juan de la Cruz. La propensión a lo heroico data de mi niñez. A los 11 años escribí los primeros versos y fueron inspirados por el sacrificio de nuestro libertador, don Miguel Hidalgo. Tres años después descubrí el paisaje y también hice unos versos.
Mi geografía corporal está formada por Tabasco, donde nací, y el valle de México, donde he pasado la mayor parte de mi vida. Tengo así, un pie entre el agua y otro en el aire, anunció en esa ocasión. Siento tan hondamente en mi sangre el arte antiguo de México, el arte prehispánico.
Carlos Monsiváis lo llamó feligrés de los sentidos al escribir en el libro Iconografía, publicado por el Fondo de Cultura Económica en 2003: Pellicer es tradicional porque le importa exaltar los motivos de su admiración, y es modernísimo, porque nunca cede al empecinamiento doctrinario y a las rutinas literarias. En el texto introductorio clasificó las tradiciones del poeta en las de la fe, las literarias, las del amor, de la amistad, del arte y de la enseñanza.
En la obra pelliceriana, un equivalente de la fe es la belleza y, también, el placer de lo bello requiere de generosidad, y señala que desde 1920 establece su gran territorio poético y en un acto, a fin de cuentas místico, expropia el paisaje y lo halla el hilo conductor en el resto de su obra: el ánimo viajero, las vivencias utópicas que entremezclan la serenidad y el júbilo de todos los días.
Su primer libro fue Colores en el mar y otros poemas (1921), su producción literaria, más de 20 libros de poesía, y ordenó seis antologías, cuatro obras póstumas; Luis Mario Schneider realizó la edición de su obra completa. En 1978 se instauró en su honor el Premio Iberoamericano Bellas Artes Carlos Pellicer.
Al lado de Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Antonieta Rivas Mercado, Andrés Henestrosa, Clementina Otero y Gilberto Owen integró el círculo de intelectuales creadores de la revista Contemporáneos.
Aunque algunos mencionan 1899 como su fecha de nacimiento, el gobierno de Tabasco y su sobrino Carlos Pellicer López confirmaron que este 16 de enero se conmemora su aniversario natal 125.
Hoy, a las 10 de la mañana, se hará un homenaje al político y poeta tabasqueño en el Palacio de Bellas Artes, el cual también se transmitirá en vivo a través del perfil de Facebook de la Secretaría de Cultura federal y en redes sociales del gobierno de México.
Originalmente, el acto se llevaría a cabo en su natal Tabasco, tierra que comparte con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, de recuperarse totalmente de covid-19 y resultar negativo en su prueba, podría asistir hoy al recinto en el Centro Histórico, informó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en la conferencia matutina del pasado viernes.
La Jornada




