América Latina, con México a la cabeza, es el nuevo basurero de los estadounidenses. El Gobierno de Joe Biden ha cabildeado sobre las energías limpias en torno a la Reforma Eléctrica y contra la pesca ilegal, mientras Estados Unidos exportó al país más de 84 millones de kilogramos de basura plástica durante 2021, unos 21 millones más respecto a 2020 (63 millones de kg), muestran cifras de la Oficina del Censo.
Este histórico aumento se explica porque China cerró las puertas a este tipo de importaciones desde hace cuatro años y también por los cuellos de botella generados en la pospandemia hacia Asia, el principal vertedero norteamericano, exponen organizaciones civiles como The Last Beach Cleanup (La última playa limpiada), con sede en California.
Su directora, Jan Dell, dijo en entrevista con SinEmbargo que la basura plástica estadounidense se traslada a México principalmente en camiones y llega en su mayoría de California (40 millones de kg) y Texas (40 millones de kg), estados vecinos de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, por lo que advirtió que la contaminación atmosférica sufrida en China por la quema irregular de residuos plásticos podría ahora registrarse en territorio nacional.
“México no tiene la capacidad suficiente para reciclar sus propios desechos plásticos. ¡No deberíamos enviarles los nuestros!”, afirmó. “La mayoría de lo exportado es PET#1, altamente contaminante”.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), México ocupa el penúltimo lugar en reciclaje de residuos entre los miembros de la OCDE y hasta los datos más recientes, en 2018 contaba con 28 plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos, incluyendo plásticos.
De 1988 al 2017, China (y Hong Kong) importó el 72.4 por ciento de la basura plástica del mundo, negocio de reciclaje con un valor de 80 billones de dólares, expone el documental Sociedad de Consumo (Steve Rivo, 2019, EU). Las plantas de procesamiento de estos residuos operaban en las provincias costeras de Cantón, Zhejiang y Shandong.
Pero en 2018, el Gobierno chino restringió las importaciones de basura plástica provenientes particularmente de Estados Unidos y Europa, ya que las fábricas irregulares de reciclaje con mano de obra barata la incineraban, lo que provocó niveles de contaminación del aire altamente dañinos a la salud. La Ley también prohibe papel sin clasificar, residuos de ciertos minerales y desechos textiles.
En 2017, Estados Unidos envió más de 557 millones de kilogramos de basura plástica a China, pero para 2021 sólo pudo ingresar un millón 338 mil kilogramos, muestran las cifras históricas de la Oficina del Censo.
“Ahora que Estados Unidos está enviando la basura plástica a México y a Centroamérica, estos impactos negativos también están afectando a su país”, dijo la ingeniera Jan Dell, quien en 2016-2017 fue vicepresidenta del Comité Asesor Federal de EU sobre la Evaluación Climática Nacional Sostenida.
En días recientes se han registrado diversos incendios en rellenos sanitarios que afectan la calidad del aire de la zona, aunque las autoridades locales no han determinado el origen. Apenas el domingo hubo un incendio en el vertedero de la Paz, Baja California, que causó contingencia ambiental y otro en el relleno de Hermosillo, Sonora, ambos estados fronterizos.
“Hay mucha basura de todo tipo amontonada y revuelta. [El Ayuntamiento de La Paz] ni siquiera se ha ocupado de implementar la Ley Desplastifícate”, tuiteó Jazmín Samaniego, integrante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
La semana pasada también se reportaron incendios en un vertedero en Nanacamilpa, Tlaxcala, otro en Ciudad Juárez, Chihuahua, así como uno más en el relleno de Coxcatlán, Puebla.
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