«Aún hay cicatrices relación Iglesia-Estado»; 30 años de lazos entre México y el Vaticano

Este miércoles 21 de septiembre se cumplen 30 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano, con lo cual se cerró un ciclo de más de 130 años de distanciamiento, intolerancia y persecución religiosa, que llegó a su punto más álgido en la década de 1920 con la Guerra Cristera.

En entrevista con Excélsior, el embajador de México en el Vaticano, Alberto Barranco Chavarría, afirmó que todavía existen las cicatrices del enfrentamiento entre el poder político y la Iglesia católica, pero hoy ya no es tabú que un dirigente del país exprese sus creencias religiosas.

Aún hay cicatrices en el marco de la relación bilateral, dados los enconos hacia la Iglesia católica por parte de un segmento de la población y el deseo de nuevas reformas por parte de algunos jerarcas religiosos.

Actualmente existe libertad plena para profesar la religión que se prefiera, sin menoscabo de ir a misa y aún comulgar en caso de la católica. Se diría que las cuestiones de fe dejaron de ser vergonzantes”, afirmó Barranco Chavarría.

El reconocimiento diplomático entre el gobierno de México y el Estado Vaticano, se produjo en 1992, dos años después de que el papa Juan Pablo II visitara por segunda ocasión nuestro país.

En ese año, según la Cancillería mexicana, la decisión se adoptó a partir del principio constitucional “que reconoce la personalidad jurídica de las iglesias y demás agrupaciones religiosas”.

Desde que el presidente Carlos Salinas de Gortari asumió la Presidencia, en 1988, las relaciones entre la Iglesia y el gobierno fueron más abiertas. De hecho, Salinas invitó a la jerarquía católica a la ceremonia de su toma de posesión.

México suspendió relaciones con el Papa y la Iglesia católica en 1861. A finales de los años veinte del siglo pasado, el gobierno reprimió la rebelión de los cristeros, inspirados por la iglesia, con una sangrienta campaña en la que fueron quemados cientos de iglesias y varios sacerdotes, enfrentados al gobierno de Plutarco Elías Calles, fueron ahorcados y fusilados en público.

Dos años antes del restablecimiento de relaciones diplomáticas, en febrero de 1990, en México se levantó la prohibición que impedía a los sacerdotes vestir ropas clericales en público.

En septiembre de 1992, Joaquín Navarro Valls, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, calificó el restablecimiento de relaciones entre México y el Vaticano como “la superación de un anacronismo».

Excelsior