Discurso patológico de Esteban

Con base en los datos presentados por el INEGI en su Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) con fecha del 10 de septiembre de 2025, la situación económica para Durango se revela no solo preocupante, sino diametralmente opuesta a la narrativa oficial de progreso y crecimiento.

La Cruda Realidad de los Datos

El informe es contundente y exhibe una severa contracción en el sector industrial del estado. Los datos clave son alarmantes:

  • Caída Mensual: En la comparación de mayo de 2025 respecto a abril del mismo año, la actividad industrial de Durango se desplomó un -4.6%.
  • Colapso Anual: El panorama es aún más sombrío en la comparativa anual, con una caída del -17.2% entre mayo de 2024 y mayo de 2025.
  • Posición Nacional: Estos resultados colocan a Durango en el lugar 31 de 32 entidades federativas en cuanto a su desempeño industrial, tanto mensual como anual, evidenciando un estancamiento profundo en relación con el resto del país.

El Discurso Oficial vs. la Evidencia Empírica

Estos números, provenientes de una fuente oficial e irrefutable como el INEGI, contrastan de manera frontal y violenta con la narrativa gubernamental que insiste en anunciar con bombo y platillo la llegada de grandes inversiones y la existencia de un supuesto auge «productivo» e «industrial». La realidad documentada por los indicadores económicos más básicos desmantela por completo este discurso triunfalista.

Lo que es más grave, esta caída en la actividad industrial tira por la borda cualquier indicio de nuevas inversiones o de una inminente generación de empleos. Por el contrario, corrobora las tendencias ya observadas en otras fuentes oficiales: las cifras de creación de empleo formal del IMSS, los datos de ocupación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del propio INEGI, y la información del Registro Nacional de Inversiones de la Secretaría de Economía, que en conjunto pintan un cuadro de desaceleración y falta de dinamismo económico.

El Costo Político de una Narrativa Insostenible

Se percibe una intención patológica por mantener un discurso que no se sostiene en la realidad, una estrategia de comunicación que parece más enfocada en la propaganda que en la gobernanza efectiva. Esta desconexión entre las declaraciones oficiales y la vida cotidiana de los ciudadanos tiene consecuencias directas y perjudiciales. Lejos de ayudar a la imagen del mandatario estatal, esta insistencia en una realidad alterna lo está hundiendo en una espiral de poca credibilidad y rechazo sistemático de la población.

Cuando los datos oficiales y la economía familiar señalan una dirección, y el gobierno insiste en la contraria, la confianza se fractura. El humor social, un termómetro clave de la gobernabilidad, no va bien en Durango, y se alimenta de la creciente percepción de un liderazgo alejado de los problemas reales de la gente y enfocado en construir un relato ficticio.

Leonardo Álvarez