Miles de jinetes de los municipios del sur de Chihuahua y del norte de Durango, de la fronteriza Ciudad Juárez y de estados como Nuevo León, Zacatecas y Tamaulipas, ingresaron ayer al mediodía a Parral para conmemorar 100 años del asesinato del general Francisco Villa.
La mañana del 20 de julio de 1923, en esta población del sur de la entidad, el Centauro del Norte fue ultimado en una emboscada; según los parralenses, el líder de la División del Norte llegó a decir: “Parral me gusta hasta pa’ morirme ahí”.
Los contingentes de la 28 edición de la Gran Cabalgata Villista los integraron jinetes que llegaron de municipios como Valle de Zaragoza, Satevo y de la capital del estado, junto a otros de demarcaciones a 600 kilómetros de distancia como Ciudad Juárez y Villa Ahumada, quienes iniciaron el periplo el 2 de julio.
La movilización, que se llevó a cabo por primera vez en 1996, propuesta por José Socorro Salcido Gómez, pretendió en esta edición establecer un récord Guinness al sumar más de 10 mil jinetes a su llegada al centro histórico de la ciudad de Parral, por lo que un notario público acompañó a los jinetes para certificar la cifra.
Diferentes contingentes, uno por cada municipio que participó en la cabalgata, como Balleza, Guadalupe y Calvo, Matamoros, Juárez, Huejotitán, Santa Bárbara, Valle de Allende, Guachochi, entre otros, recorrieron las calles de Parral encabezados por sus respectivos alcaldes y acompañados con bandas musicales de viento o un conjunto norteño a bordo de un remolque.
También hubo grupos de familias de ganaderos, productores agrícolas, descendientes de Francisco Villa, así como habitantes de ranchos y seccionales del municipio de Parral.
Otras agrupaciones de jinetes llegaron de localidades del norte del estado de Durango, como la hacienda de Canutillo, y de los estados de Zacatecas, Nuevo León y Tamaulipas, incluso de Texas, Estados Unidos.
La mayoría de los jinetes fueron varones, aunque hubo mujeres que cabalgaron, incluso algunas adelitas y barrileras, por igual participaron adultos mayores, jóvenes y niños.
Al paso de la Gran Cabalgata Villista, miles de parralenses salieron a las calles a recibirlos, familias completas o empleados que suspendieron labores para ver el paso de los equinos desde azoteas, balcones o en la banqueta, algunos bajo carpas y sombrillas en lugares que reservaron desde temprano.
El recorrido de la cabalgata ayer en su último tramo comenzó a las 10 horas en Maturana, ubicada en la carretera federal 24, conurbada a Parral, y se prolongó hasta después de las 15 horas, debido a la gran cantidad de jinetes.
Fue una fiesta popular en la que no faltaron música y bebidas espirituosas para amainar el calor de hasta 34 grados que alcanzó el termómetro.
Los jinetes ingresaron a Parral por la avenida Independencia y avanzaron por la calle Pedro de Lille, continuaron por las calles Madrazo, Primavera y Ángela Peralta, hasta llegar al bulevar Ortiz Mena, que los condujo a la calle Juárez, en el centro histórico de Parral.
Desde ahí, la cabalgata recorrió las calles Mercaderes, Ojinaga y la avenida Héroes de la Salud, a través de la que llegaron a la mina La Prieta.
Finalmente completaron la ruta de Valle Zaragoza a Parral y hacia la mina La Prieta, acompañados por elementos de la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Seguridad Pública municipal y rescatistas de la Cruz Roja.
La Jornada