Alito entregó 8 gubernaturas, abraza a extraños y se distancia de sus militantes

La inconformidad del Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, por la selección del candidato que el PRI respaldará por la gubernatura de ese estado en los comicios de 2022, es sólo la punta del iceberg del conflicto interno en el que desde hace años se encuentra sumergido el Partido de la Revolución Institucional (PRI).

Al emitir su postura, contra la decisión de Va por México de seleccionar a un aspirante del Partido Acción Nacional (PAN) para que represente a la alianza durante las elecciones para renovar Gobierno en Hidalgo, Fayad, uno de los cuatro gobernadores que le quedan al PRI, reprochó al tricolor que haya “abierto la puerta de sus territorios” al blanquiazul, lo que calificó como “debilidad” por parte de la dirigencia tricolor.

Mediante sus redes sociales, el mandatario estatal adelantó que acompañará a los priistas que decidan impugnar legalmente la decisión de que sea un aspirante del PAN quien vaya a la contienda electoral por Hidalgo, uno de los últimos bastiones que quedan al Revolucionario Institucional, lo que amenaza con agrietar a la coalición de manera local.

Este descontento se suma a la exigencia de varios priistas que meses atrás exigieron a Alejandro Moreno, “Alito”, su renuncia a la dirigencia nacional del partido luego de que en las elecciones del pasado 6 de junio perdió ocho de las entidades que se encontraban en poder del priismo.

Colima, Baja California Sur, Zacatecas, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa y Campeche, de donde es originario Alejandro Moreno, pasaron a manos de Morena, mientras que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se quedó con San Luis Potosí. El PRI conserva sólo cuatro entidades: Estado de México, Oaxaca, Coahuila e Hidalgo, lejos de las 19 que encabezó en 2015, a mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, y que en 2018 disminuyeron a 12. De esas, Oaxaca e Hidalgo se renovarán el próximo, y las encuestas colocan en la cima de la preferencias al partido del Presidente López Obrador.

Tras la derrota electoral de 2021, distintos miembros del partido señalaron a “Alito” de un mal manejo de la dirigencia nacional y exigieron su renuncia. El primero en pronunciarse a favor de esta posibilidad fue Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca culpado de reprimir al magisterio en 2006, quien envió una carta a toda la militancia priista, al señalar que el resultado del pasado proceso electoral fue “la más humillante de sus derrotas”. Posteriormente, fue expulsado del partido.

Nayelli Gutiérrez Gijón, presidenta del Colegio Nacional de Derecho, organización adherente al PRI, también se pronunció en favor de que “Alito” renunciara a la dirigencia nacional del partido, e incluso lo acusó de negociar con Morena, y que con ello se aprobaran las reformas propuestas por el Ejecutivo federal.

“Por años hemos trabajado a favor del PRI y hoy exigimos la renuncia inmediata de Alejandro Moreno, que ha acabado con este partido, perdimos ocho gubernaturas, 250 municipios, un millón de votos”, afirmó Gutiérrez Gijón en rueda de prensa.

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