AMLO-maestros: Gordillo y lucha neoinstitucionales vs radicales

Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del jueves 31 de enero 2019. AMLO-maestros: Gordillo y lucha neoinstitucionales vs. radicales… el problema magisterial en Michoacán y Oaxaca no es del presidente López Obrador, sino que forma parte de la agenda restauradora de la maestra Gordillo. Nuestro crónico estancamiento… Las calificadoras no entienden de moral y lo que nos costó el Road Show…

Rayuela

Contrapuntos en Palacio Nacional sobre Venezuela: México por la no intervención. España por una intervención dizque light. Un océano nos separa.

AMLO-maestros: Gordillo y lucha neoinstitucionales vs. radicales

Carlos Ramírez, en Indicador Político escribe lo siguiente: “De todos los grupos lopezobradoristas que podrían convertirse en obstáculos al gobierno de López Obrador, los maestros son el más importante porque estaría aglutinando a un amplio grupo desestabilizador de un millón y medio: la SNTE que se le va a regresar a la maestra Elba Esther Gordillo, el nuevo partido magisterial gordillista y la Coordinadora disidente nacida de las entrañas del gordillismo, todos ellos con aliados, satélites y rémoras. La radicalización provocadora anti instituciones de los maestros de Michoacán, la reactivación de la 22 de Oaxaca y sus tácticas violentas contra la sociedad y pronto los de Chiapas, Guerrero y Estado de México van a ser el principal test al proyecto institucionalizador del gobierno de López Obrador en su transición de grupo de presión a gobierno institucional. De todos los grupos de trabajadores al servicio del Estado, el de los maestros es el más importante porque incide en tres esferas: el número de militantes, el control ideológico vía la educación como aparato de dominación intelectual del régimen (PRI, PAN, Morena) y su papel dominante en las casillas electorales y como votantes. Los maestros como factor de poder fueron una de las más astutas propuestas de la maestra Elba Esther Gordillo cuando el presidente Salinas de Gortari en 1989 la impuso al frente del sindicato magisterial. Aunque la CNTE había nacido en 1978 alrededor de una lucha salarial, Gordillo utilizó al sindicato como una catapulta hacia su ambición de ser presidenta de la república. Pero al prevalecer el modelo Lázaro Cárdenas-Fidel Velázquez de que los maestros se organizaban como masa y no como clase proletaria socialista, la maestra Gordillo convirtió a la masa magisterial en el factor real de poder para ganar elecciones: Zedillo, Fox, Calderón y el candidato Peña Nieto pactaron la escrituración del sindicato a Gordillo a cambio de apoyo electoral. La ruptura Peña Nieto-Gordillo ocurrió cuando la líder sindical magisterial quiso imponer su voluntad al nuevo presidente de la república buscando ser el poder detrás de la Silla del Águila. López Obrador pactó con la maestra Gordillo encarcelada y ahora ya en libertad viene por la recuperación de su poder sindical. (…) La lucha de la CNTE en Oaxaca, Guerrero y Michoacán forma parte de la disputa por el poder de la maestra Gordillo y no de la agenda del presidente López Obrador. Ahí se explica el papel pasivo y en ocasiones torpe del secretario gordillista de Educación Esteban Moctezuma Barragán, una pieza irrelevante en el escenario político de los grupos de poder. Si continúa el papel de Moctezuma en la burocracia, su nivel secundario hoy beneficia al proyecto de la maestra Gordillo de usar la educación para restaurar su poder personal, pactar en secreto con la CNTE protegiendo sus cuotas y beneficios a cambio de mantenerla a ella como interlocutora y buscar que el partido magisterial nuevo sea protagonista en el 2024. En este contexto, el problema magisterial en Michoacán y Oaxaca no es del presidente López Obrador, sino que forma parte de la agenda restauradora de la maestra Gordillo, cuya intención es venderse como la única capaz de someter a sus pupilos radicales y colocarse como la pieza negociadora por encima de la limitada secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, mientras el nuevo presidente quiere institucionalizar a los radicales que siguieron su escuela de protesta”.

Nuestro crónico estancamiento

Enrique Quintana, en El Financiero, escribe que: “Ayer corroboramos que uno de los grandes problemas de la economía mexicana es que no crecemos. El Inegi dio a conocer las cifras adelantadas del PIB del último trimestre del 2018, periodo en el que registró un crecimiento de 1.9 por ciento. De esta manera, para todo el 2018, el registro es de 2.0 por ciento. Con esta información ya podemos calcular que para el sexenio de Enrique Peña la economía creció a una tasa promedio de 2.4 por ciento al año. Cuando ajustamos los ritmos de crecimiento en términos per cápita, podemos constatar el virtual estancamiento que hemos tenido en la economía por muchos años. Permítame hacer un poco de historia. Durante el sexenio de Zedillo, el PIB per cápita tuvo un crecimiento anual promedio de 1.8 por ciento. Luego, en el de Vicente Fox el registro fue de 0.7 por ciento. La tasa bajó 0.4 por ciento en el sexenio de Calderón y registró 1.1 por ciento en la administración de EPN. Si consideramos completo el lapso que va de 1994 a 2018, la tasa media es de apenas 0.9 por ciento anual promedio para el PIB por habitante. Para una economía emergente, esto es ni más ni menos que estancamiento. Aún la economía más grande del mundo, Estados Unidos, registró un crecimiento promedio per cápita de 1.5 por ciento para un lapso semejante. Los dos países más poblados del orbe, China e India, tuvieron un crecimiento per cápita de 8.1 y 5.2 por ciento respectivamente, en el mismo lapso. En América Latina, tampoco destacamos. Argentina tuvo un crecimiento por habitante semejante al nuestro en el periodo señalado. Brasil alcanzó el 1.0 por ciento y Colombia logró el 2.0 por ciento. Si nos comparamos con el pasado, en los 24 años que antecedieron a 1994 (a partir de 1970) el ritmo promedio anual del crecimiento por persona fue de 1.4 por ciento. Y si nos vamos todavía a los 24 años anteriores, de 1946 a 1970, esa tasa fue de 2.9 por ciento. Sea contra otros países en el presente o contra nosotros mismos en el pasado, medida en crecimiento por persona, la economía mexicana ha tenido un desempeño pobre en las últimas décadas. Las reformas estructurales no lograron resolver el problema; no viene con la apertura de la economía (el llamado neoliberalismo), ni tampoco es algo que venga de la etapa de alto intervencionismo del Estado. Tiene que ver con nuestros arreglos sociales e institucionales: con un sistema fiscal débil que ha erosionado la inversión pública; con una pérdida de la capacidad de recaudación local; con la exclusión de la inversión en muchas entidades; con una profunda desigualdad económica, social y regional; con una muy limitada movilidad social; sí, también con la corrupción como problema social. (…) Se necesita reformular el pacto social. Como nunca antes otro gobierno en la era moderna, el de AMLO -por la legitimidad que obtuvo en las elecciones- tiene la capacidad para hacerlo. Eso pasa por saber escuchar a la sociedad, a la de aquí y la de afuera, lo que lamentablemente no pareciera estar sucediendo. Ojalá haya capacidad de rectificar porque si no, este periodo será otra oportunidad perdida, y si así sucede, los problemas económicos y sociales que padecemos van a ser lastres que nos van a hundir cada vez más”.

Las calificadoras no entienden de moral

Joaquín López Dóriga, en Milenio escribe lo siguiente: “Desde el lunes por la noche, el gobierno del presidente López Obrador sabía que la agencia Fitch iba a revisar a la baja el perfil crediticio de Pemex. Y le digo que desde entonces, porque ese día las cabezas de Hacienda recibieron a los analistas de esa agencia a los que confirmaron las dudas sembradas en el rod show de la delegación SHCP-Pemex en Nueva York, con los principales fondos, bancos e inversionistas que quedaron preocupados. Y para ello baste remitirse al documento de 30 cuartillas de Barkleys, que fue quien organizó la visita, pero sin prepararlos ni entrenarlos. No obstante eso, a quien le habían encargado esa visita, los acabó de sepultar con su nota. En esos encuentros los analistas no encontraron, ni vieron, ni escucharon lo que querían encontrar, ver y escuchar: un plan financiero sólido para garantizar la viabilidad financiera de Pemex, y lo que registraron les dejó más dudas y preocupaciones que certidumbre, que fue la gran ausente de ese circuito. Tras la visita, los mercados empezaron a desconfiar y así llegó la reunión que le decía del lunes con los analistas de Fitch que al escuchar los proyectos y planes oficiales para Pemex, salieron para preparar la nota que dieron a conocer el martes en la que recortaban en dos puntos el perfil crediticio de Pemex que además dejaban en negativo. Ayer, el presidente López Obrador respondió como era previsible: descalificó a Fitch, que tachó de hipócrita y cómplice, porque permitió el saqueo de Pemex y nunca dijo nada. Esta reacción no resuelve el problema diagnosticado en la amplia nota de Fitch, no responde el fondo y el Presidente retoma su mejor discurso: la lucha contra la corrupción, que dice que ignoran, lo que es cierto, y su capital moral, lo que las calificadoras ni saben que es. Ellos van a lo suyo: los números, las cuentas y el futuro, ignorando el pasado y la moral. RETALES 1. ALIVIO. Anoche se le cumplió un deseo al presidente López Obrador: Moody´s mantuvo la calificación de Pemex en perspectiva de estable para todo este primer semestre de 2019, lo que es un tanque de oxígeno tras el fitchazo. Pero la agencia condicionó el plazo a que muestre su rentabilidad. Difícil prueba en las actuales condiciones; 2. VACÍO. A la renuncia de Monserrat Ramiro de la presidencia de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ésta ha quedado anulada, ya que con las renuncias de otros comisionados no puede sesionar porque el quórum es de cuatro y ya solo quedan tres comisionados; y 3. JUAY. Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública, hizo un descubrimiento que podría causar una revolución global: que los maestros no necesitan saber inglés para enseñar inglés. ¡Caracho! Me hubieran dicho antes. Esteban, ¿cuándo empiezo a dar clases? Te dejo mi whats”.

Lo que nos costó el ‘road show’

Raymundo Rivapalacio escribe en El Financiero lo siguiente: “Vaya que resultó costoso el road show que hizo el director corporativo de Pemex, Alberto Velázquez, a Nueva York, hace casi mes y medio. Su presentación fue tan desastrosa, que después de dos horas de explicaciones chabacanas que provocaron cuestionamientos de inversionistas que le dijeron que desconocía la empresa, el costo de la deuda de la paraestatal se elevó 139 millones de dólares. El problema no era de él, dijeron los inversionistas, sino del presidente Andrés Manuel López Obrador, por haber designado a un incompetente. En México no pasó nada en ese momento. López Obrador dijo que les había ido muy bien, y que habían generado confianza y certidumbre. No era cierto. Fitch Ratings redujo la calificación de la deuda de Pemex este martes a nivel casi de bonos especulativos, y lo colocó en el umbral del abismo financiero. Pero el presidente optó por una fuga hacia delante. En su conferencia de prensa del miércoles, el presidente estalló contra Fitch y contra las calificadoras en general, a las que acusó tácitamente de haber sido cómplices de la crisis de Pemex. Su postura fue ideológica, no técnica. El road show mexicano fue contraproducente para los objetivos que buscaba, tranquilizar a los mercados. Para organizarlo, la Secretaría de Hacienda contrató a Barclays, el banco de inversión, un apoyo que es normal cuando un gobierno necesita hablar con inversionistas. Lo que fue inusual es lo que sucedió después. Las presentaciones dejaron tanto que desear, revelaron personas que estuvieron presentes, que Barclays tuvo que hacer un control de daños para evitar afectación en su prestigio. La principal fue sacrificar a quien lo contrató, el gobierno de México. No muchas horas después de que se fuera la delegación mexicana, Barclays envió un informe de 33 páginas a sus clientes donde la prospectiva era terrible desde el título, “Pemex, un crudo despertar”. (…) No ha ayudado tampoco la forma como el presidente López Obrador y su secretaria de Energía, Rocío Nahle, fueron vehementes en negar que se habían reducido las importaciones de hidrocarburos, y se pelearon con el periódico The Wall Street Journal porque publicó los informes de los expertos en Estados Unidos que así lo señalaban. López Obrador se llegó a mofar del Journal, aunque dos semanas después, con datos de Pemex, el gobierno tuvo que reconocer que el periódico neoyorquino tenía razón. La sorna contra el gobierno mexicano se dejó sentir en Manhattan. (…) La baja de calificación de Fitch es una fuerte llamada de atención a México. Pero López Obrador no lo ve así. En su conferencia de prensa del miércoles llamó “hipócritas” a las calificadoras porque permitieron el “saqueo”, avalaron la reforma energética y “nunca dijeron nada de por qué no se incrementó la inversión en Pemex”. Los datos que usó el presidente, sin embargo, están mal. Por ejemplo, la inversión dentro de la reforma energética asciende a 185 mil millones de pesos hasta ahora. Pero eso no es lo grave. Pelearse con las calificadoras es confrontar a los mercados, una lucha que nadie, en cuando menos 30 años, ha ganado”.

CNTE

En Milenio, Carlos Marín, escribe que: “sobre la CNTE y su sabotaje al paso de trenes por Michoacán, el Presidente Andrés Manuel López Obrador piensa que ‘a veces, también los dirigentes no consultan a las bases’. Por lo visto ignora que ‘las bases’ de esa facción magisterial jamás han decidido lo que sus liderazgos, simplemente, les ordenan, y que la única consulta que hacen es a la ‘dirección política’, como le llaman, a lo que queda de la comandancia del Ejército Popular Revolucionario […]y su escisión […], el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente. […]. Ambas organizaciones, de inspiración maoísta en su versión del senderismo peruano, seguidoras del célebre Presidente Gonzalo, entendieron pronto la imposibilidad de derrocar al gobierno y optaron por hacer un paciente trabajo de formación y consolidación de bases sociales, la más consistente y poderosa de las cuales es la temible sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para echar a andar la estrategia de una guerra popular prolongada, en la que se busca ganar posiciones a partir de la lógica de pelear, digamos, por 100 para obtener 50 y luego luchar por otros 100 para ganar 50 y así sucesivamente. La receta le ha sido muy redituable a la CNTE, y más ahora por haber aprovechado las proclamas de Andrés Manuel López Obrador y Morena para acceder al Congreso: 40 de sus cuadros son hoy diputados federales. De ahí que antier, en su rueda de prensa, el Presidente no se contuviera para decir: ‘Nosotros hemos actuado siempre en defensa del magisterio y lo vamos a seguir haciendo. Ya cumplí el compromiso de que se iba a reformar la Constitución o se iba a enviar un proyecto para reformar la Constitución y cancelar la mal llamada reforma educativa’. La ‘dirección política’ resolverá en horas que se finalice el boicot porque, como dijo Che en su carta de despedida a Fidel: ‘Otros menesteres reclaman el concurso de mis mejores esfuerzos’, o sea, poner a ‘trabajar’ a la CNTE de Guerrero, Chiapas y su principal bastión, Oaxaca, para seguir exprimiendo las arcas públicas y ‘acelerar las contradicciones…’”.

Réquiem por la Reforma Educativa

En Excélsior, Pascal Beltrán del Río, escribe que: “la Reforma Educativa surgió de un amplio consenso entre las fuerzas políticas del país. Varias encuestas registraron, en su momento, el gran apoyo con que contaba en la sociedad mexicana. Sin embargo, como ocurrió con casi todo lo que se hizo el sexenio pasado, la Reforma Educativa se estrelló contra la pared de los escándalos de corrupción que marcaron el desempeño del gobierno de Enrique Peña Nieto, y pocos quisieron defenderla cuando el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador la sentenció a muerte como parte de las promesas de su campaña electoral […]. Cualesquiera que sean sus limitaciones, la Reforma Educativa tiene un logro fundamental: asignar las plazas de profesores y cargos directivos con base en un concurso de aptitud profesional. Es decir, acabar con el sistema de cuotas y la compra-venta y herencia de las plazas que privaba en el magisterio. Si la Reforma Educativa fue necesaria es porque la nómina de la SEP estaba llena de aviadores y personas sin capacidad para la enseñanza. Era ridículo no saber siquiera cuántos maestros había en México. Era un derroche de recursos públicos que muchos de esos maestros cobraran por hacer funciones de “comisionados” del sindicato, y que los profesores pudiesen faltar a clases para asistir a actividades gremiales, incumpliendo su deber primordial de enseñar a los niños y sin temor a ser sancionados. Puede ser que no sea la única causa, pero ese estado de cosas –que existió durante décadas– propició un rezago educativo que ha dañado al país. Lamentablemente, a eso se quiere regresar con echar atrás la Reforma Educativa. La mejor muestra de ello es lo que está sucediendo en Michoacán. En lugar de estar dando clases, los maestros agremiados en la CNTE están bloqueando las vías del tren –en demanda de que se les paguen supuestos adeudos multimillonarios–, impidiendo que lleguen a su destino miles de contenedores con insumos y productos terminados, lo cual está causando un gran daño a la economía. Aliados en la campaña electoral, López Obrador ofreció a los maestros de la CNTE echar abajo la Reforma Educativa. El hoy Presidente cumplió, enviando la iniciativa al Congreso, Sin embargo, ahora ese grupo de profesores –por cierto, minoritario en Michoacán– ha decidido no atender el llamado de López Obrador a quitarse de las vías […]. Me temo que la inminente muerte de la Reforma Educativa, aunada a la resistencia del Presidente de aplicar la ley a los profesores rebeldes, sólo envalentonará más a la Coordinadora y la hará reincidir en sus prácticas chantajistas para extraer rentas del Estado. Asimismo, restaurará el viejo sistema de privilegios del magisterio, que permitía la asignación de plazas por cuotas, y la compra-venta y herencia de éstas, como ha quedado demostrado con la promesa del gobierno federal de entregar cinco mil plazas a los egresados de las normales como premio por liberar las vías en Michoacán. Algo que, al momento de escribir estas líneas, no había ocurrido”.

La descalificación de Pemex

En Excélsior, Jorge Fernández Menéndez, escribe que: “la obsesión del Presidente López Obrador en desarticular la Reforma Energética y la ideologización de la estrategia planteada para el sector, ha tenido funestas consecuencias para Pemex, para la política energética del país y para nuestra economía […]. En el discurso se sigue cuestionando la reforma, las nuevas rondas fueron canceladas con razones ridículas; en los mandos de Pemex, en la CFE y en la Secretaría de Energía se privilegió la cercanía personal y la ideología por encima de la capacidad técnica. Se intentó desaparecer (o que fueran absorbidos por la Sener que era casi lo mismo) a los organismos reguladores (la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Nacional de Energía) y se han resistido, pero hoy están casi desarticulados, sin comisionados y casi sin poder sesionar. El gobierno corporativo de Pemex también se quiso desmontar y apenas esta semana, ante la reacción externa, el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, confirmó su permanencia. Ante la profunda desconfianza de inversionistas y acreedores, se envió a Nueva York al nuevo secretario de finanzas de Pemex para un encuentro que fue calamitoso y de donde salieron aquellos profundamente decepcionados, y además lo hicieron público: consideraron que la estrategia planteada no garantizaría el pago de la deuda de Pemex y rechazaron propuestas como la construcción de refinerías y enfocarse en el mercado interno en lugar de en la exploración, producción y exportación de crudo, que garantizaría un plan de negocios viable y con flujo de recursos frescos. Al mismo tiempo, la guerra contra el robo de combustible se planteó en mal momento, en los días de mayor consumo, sin estar plenamente abastecidos, por una reducción en la importación de combustibles del 49 por ciento en diciembre […] y sin un plan de distribución coherente, que un mes después no ha logrado aún reabastecer buena parte del centro del país. Se anuncia que para la refinería de Dos Bocas y otros proyectos se entregarán contratos por adjudicación directa ‘para evitar que participen, dice la secretaria Rocío Nahle, empresas con antecedentes de corrupción (sic)’. ¿Quién podría esperar que las empresas calificadoras internacionales en ese caos corporativo mantuvieran como positiva la deuda de Pemex? Ya la degradó Fitch y veremos algo similar en los próximos días con Moody’s y Standard & Poor’s. Ya las tres calificadoras habían puesto en observación la economía mexicana luego de la desconcertante cancelación del nuevo aeropuerto […]. Ante ello, de poco sirve tratar de ‘hipócritas’ a las calificadoras internacionales que son reconocidas y respetadas por todos los inversionistas globales. Es verdad que Pemex fue recibida con innumerables problemas, pero su plan de negocios era viable y su conducción corporativa generaba confianza. Eso es lo que debe recuperar, en ese y en otros ámbitos, el Presidente López Obrador. No hay un plan serio al respecto ni tampoco claridad para presentarlo. Los funcionarios que se envían para generarla, en ocasiones ni siquiera hablan inglés en forma aceptable. Muchos de los principales operadores de Pemex han renunciado o han pedido el retiro, descontentos con las nuevas políticas. Las pocas buenas noticias, como los descubrimientos de nuevos yacimientos anunciados ayer por la empresa privada Petrobal […] y que está explorando las zonas adjudicadas en la ronda uno, demuestran que fue un grave error haber cancelado las rondas de adjudicación siguientes porque, según el gobierno federal, las primeras habían dado ‘magros resultados’, como si encontrar petróleo en aguas profundas fuera un juego de niños de resultados inmediatos. En la energía reside buena parte del futuro del país. No se puede jugar con ella a la ocurrencia y la ideología”.

Arremete contra las calificadoras

En Reforma, Templo Mayor, asegura que: “no por mucho descalificar se mejora más temprano. Eso habría que explicárselo al presidente Andrés Manuel López Obrador, que decidió arremeter contra las calificadoras crediticias, en lugar de ponerse a revisar por qué diablos le rebajaron la nota a Pemex. Eso de llamar hipócritas y charlatanes a las agencias calificadoras suena más a que el mandatario quiere quedar bien con los suyos, en lugar de encontrar una salida al problema de la principal empresa del gobierno mexicano. Porque, a fin de cuentas, la advertencia de Fitch Ratings tiene que ver con la capacidad de Pemex para enfrentar sus compromisos, con su viabilidad financiera, no con su relevancia en el proyecto de la Cuarta Transformación. La agencia fue fundada en 1914 y es una de “las tres grandes” junto con Moody’s y Standard & Poor’s, así que seguramente algo debe saber sobre estos temas como para pretender descalificarla en el stand-up mañanero”.

Nuevo partido: ¿Quadri, liberal?

En Excélsior, Frentes Políticos, asegura que: “Gabriel Quadri, Rodolfo Higareda y Pablo Rión acudieron al INE a notificar su intención de que la organización Cambiemos inicie el procedimiento para convertirse en partido político. Quadri, quien en 2012 fue candidato del Panal a la Presidencia, se voló la barda. Explicó que pretenden ser el único partido liberal de centro que busca la consolidación de las instituciones para lograr seguridad. Después de asegurar que México avanzaría si no tuviese que cargar con Guerrero Oaxaca y Chiapas, lo hace ver que de liberal no tiene nada y pretende que los mexicanos le paguen su partido. No se lo merece”.

Cambiemos… de Quadri

El Universal, Bajo Reserva, asegura que: “a pesar de todo, los estados que Gabriel Quadri consideró un estorbo (Oaxaca, Guerrero y Chiapas) para que México sea una potencia tuvieron un crecimiento superior a las entidades del norte, salvo BCS, que alcanzó 5.4 por ciento en el último año. Veracruz llegó a 5 por ciento y Oaxaca estuvo al nivel de Aguascalientes con 4.8 por ciento, seguidos de NL, Campeche y Yucatán con 4.3, cifras del Inegi que dejan mal parado al promotor del nuevo partido Cambiemos”.

Triunfa AMLO

En Milenio, Carlos Puig, escribe que: “el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo dijo con todas sus letras: aquellos miembros de su gabinete y otros directores de dependencias que no presenten sus declaraciones patrimoniales y de intereses y […] no las hagan públicas no podrán seguir trabajando con él. Hay que recordar que el funcionario público tiene hoy la opción de reservar la publicación de algunos datos de su declaración, pero el Presidente lo ha dejado claro y esa opción no la tienen los de ‘primer nivel’, para usar sus palabras. Aplauso. Ayer era el último día para aquellos que lo tenían pendiente, quiero pensar que hoy, en el sitio de internet sabremos quién cumplió y quién tendrá que decir adiós. Nada mal resultado para un ‘invento de la mafia en el poder’ para no perseguir a los verdaderos corruptos, como el hoy Presidente calificó la iniciativa 3de3 en 2016. ‘Pura simulación y demagogia el Sistema Nacional Anticorrupción y la ley 3de3, pues si se quiere combatir la corrupción en el país, deberían primero investigar al presidente Enrique Peña Nieto y a los ex mandatarios Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox’. Nos dijo el entonces líder de Morena que hoy desde Palacio Nacional hará una consulta para ver si se les persigue. En fin, cosas de la política y las campañas […]. Recordar la resistencia del Legislativo a que las declaraciones fueran obligatoriamente públicas. El ejemplo de López Obrador con su gabinete debería hacer imposible para cualquier gobernador (incluido su gabinete) o alcalde —arranquemos por ahí— no hacer lo mismo”.

@loscabareteros