La batalla campal del sábado 5 en el estadio La Corregidora, de Querétaro, cimbró al país. La Fiscalía estatal informó que 26 personas resultaron heridas y en los días siguientes fueron arrestados 14 presuntos responsables de las escenas de violencia.
A 200 kilómetros de ese enfrentamiento, cuyas imágenes le dieron la vuelta al mundo, se encuentra la Ciudad de México, sede de las porras más grandes de México.
En un análisis de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se identificó a los líderes de esos grupos, también conocidos como “barras”; se trata de cabecillas con antecedentes penales. Del resto de los integrantes de esos grupos se expone que se “alquilan” para “reventar” marchas, actos masivos o, incluso, para hacer presencia en mítines de partidos políticos. Básicamente, esos “grupos de animación” están al servicio de quien pueda pagar sus tarifas, que van desde 100 mil pesos hasta medio millón de pesos, dependiendo del número de integrantes que el “contratista” desee pagar.
En el documento llamado Estadio Seguro, Protocolo de Actuación de la Policía Capitalina, actualizado apenas el miércoles 9 –del que Proceso tiene copia–, se revela que, en los partidos, los agentes de seguridad les prestan mayor atención a los grupos ligados con el Club América, conocidos como La Monumental, Disturbio y El Ritual del Kaos.
Aunque no hay una cifra que determine el tamaño de esas porras, la SCC ya identificó a quienes las encabezan, tres de los cuales tienen antecedentes criminales.
Este semanario contactó a las áreas de Comunicación Social de los equipos América, Pumas y Cruz Azul para conocer su posición al respecto. Sin embargo, no hubo respuesta hasta el cierre de esta edición.
Proceso




