Credit Suisse, uno de los bancos de mayor presencia a escala mundial, tenía una serie de cuentas de clientes de alto riesgo, aunque por años manifestó que tomaba todas las medidas necesarias para asegurar que los recursos que resguarda eran legítimos, reveló una investigación periodística.
La filtración analizada por 48 medios internacionales consistió en 18 mil cuentas bancarias, que en conjunto contenían 100 mil millones de dólares, los cuales se presume que llegaron al banco suizo derivado de lavado de dinero o corrupción política.
La investigación nombrada Suisse Secrets se suma a otras filtraciones como los Panamá Papers, Paradise Papers o Pandora Papers, que han exhibido las comodidades que dan los bancos en complicidad con otras figuras jurídicas para facilitar el lavado de dinero.
También subraya el papel de Suiza, origen de Credit Suisse, donde el secreto bancario funge como el principal lema de las instituciones de crédito.
Los documentos muestran un patrón, de acuerdo con los medios que los analizaron: Credit Suisse abrió cuentas para personas multimillonarias a nivel mundial entre las que destacan una serie de “personajes con antecedentes sospechosos”.
Entre las cuentas de riesgo halladas en Credit Suisse se encontraban las del rey Abdullah II de Jordania, los dos hijos de Hosni Mubarak, quien fue presidente de Egipto por casi 30 años, así como del ex viceministro de energía de Venezuela, Nervis Villalobos, reportaron The Guardian, The New York Times y el Miami Herald.
Los diarios destacan que toda la información consta de cuentas que estuvieron abiertas en Credit Suisse desde 1940 hasta la década de 2010, pero no incluye las actividades actuales de la institución financiera, la cual también cuenta con operaciones en México.
Candice Sun, portavoz del banco, expresó en un comunicado publicado por The New York Times, que “Credit Suisse rechaza enérgicamente las acusaciones e injerencias sobre las supuestas prácticas comerciales del banco. Muchas de las cuentas en la filtración se remontan a décadas atrás, a una época en la que las leyes, las prácticas y las expectativas de las instituciones financieras eran muy diferentes de lo que son ahora”.
Entre los personajes que contaban con cuentas en el banco suizo también destaca un traficante de personas en Filipinas; un jefe de la Bolsa de Valores de Hong Kong encarcelado por soborno; un multimillonario que ordenó el asesinato de su novia, así como políticos corruptos desde Egipto hasta Ucrania.
La Jornada