No habrá cargos penales, pero sí un duro golpe político. El fiscal especial Robert Hur ha descartado presentar una acusación para imputar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el caso de los papeles clasificados, pero el informe de 388 páginas que ha entregado al Congreso lo retrata de un modo muy gráfico como un octogenario al que le falla la memoria, que no recuerda cuándo murió su hijo ni cuándo fue vicepresidente. Viene a sugerir que si no acusa a Biden es porque a un jurado le daría pena condenarle en su estado mental. Todos esos mensajes son demoledores e inciden en lo que las encuestas señalan como el punto débil de Biden para optar a la reelección: su edad, 81 años. Los abogados de Biden lo consideran una tergiversación de lo ocurrido y denuncian el informe como “incendiario”.
“La memoria del señor Biden también parecía tener limitaciones significativas”, dice el informe en la página numerada como 207, en la que se describe unas grabaciones de 2017 sobre Afganistán en el que las conversaciones “son a menudo dolorosamente lentas, con el señor Biden luchando por recordar los acontecimientos y esforzándose a veces por leer y relatar sus propias anotaciones en el cuaderno”.
“En su entrevista con nuestra oficina, la memoria del señor Biden fue peor”, sigue el informe en la página siguiente, hablando del actual inquilino de la Casa Blanca, que fue vicepresidente de Barack Obama entre 2009 y 2017. “No recordaba cuándo fue vicepresidente, olvidando el primer día de la entrevista cuándo terminó su mandato (“si fue en 2013, ¿cuándo dejé de ser vicepresidente?”), y olvidando el segundo día de la entrevista cuándo comenzó su mandato (“en 2009, ¿sigo siendo vicepresidente?”). No recordaba, ni siquiera dentro de varios años, cuándo murió su hijo Beau [fue en 2015]. Y su memoria parecía confusa al describir el debate sobre Afganistán, que en su día fue tan importante para él”, añade.
De alguna forma, aunque el fiscal, nombrado en su día por Donald Trump, rechaza presentar cargos contra el presidente, lo hace porque considera que un jurado creería que no tiene facultades plenas y optaría por absolverlo. Aunque no es el único argumento para exculparle, no solo contamina los demás, sino que supone casi una descalificación de su capacidad para ocupar el puesto con más poder del mundo: “Es probable que el señor Biden se presente ante el jurado, como lo hizo durante su entrevista con nuestra oficina, como un hombre simpático, bienintencionado, anciano y con mala memoria. Aunque es y debe ser responsable de sus actos —después de todo, es el presidente de los Estados Unidos—, basándonos en nuestras observaciones directas sobre él, el señor Biden es alguien para quien muchos jurados querrán buscar la duda razonable. Sería difícil convencer a un jurado de que deberían condenarle —para entonces un expresidente bien entrado en los ochenta años— por un delito grave que requiere un estado mental de voluntariedad”, dice el informe en sus páginas 219 y 220.
Los republicanos han arremetido contra Biden: “Su actual estado mental y físico debería impedirle ser presidente de Estados Unidos”, ha tuiteado el representante por Carolina del Norte Greg Murphy. “El informe de hoy de Robert Hur nos dice dos cosas: hay un doble rasero de justicia en este país. Y Joe Biden no es apto para el cargo”, ha dicho Jim Jordan, presidente de la Comisión Judicial del Senado. “¿Biden no recuerda su época como vicepresidente? ¿Pero de alguna manera está cualificado para ser presidente durante otros 4 años?”, se ha preguntado Josh Hawley, senador por Misuri. “Nueva defensa de Biden ante una conducta por lo demás delictiva: es un anciano incapaz de recordar quién es, dónde está o qué ha hecho”, ha insistido, reclamando la aplicación de la 25ª Enmienda de la Constitución, que marca que la persona que ocupe la vicepresidencia sustituya al presidente si este es “incapaz de cumplir con los poderes y obligaciones de su cargo”.
El País