El gran desafío que enfrenta la NOM-035 en el bienestar laboral

La pandemia se ha convertido indirectamente en la campaña más grande sobre el cuidado de la salud mental de la fuerza laboral y el impacto de la sobrecarga de trabajo, jornadas laborales extensas, liderazgos negativos y poco balance con la vida personal. En este contexto, la NOM-035 sobre factores de riesgo psicosocial en los centros de trabajo ha cobrado mayor relevancia, pero todavía enfrenta desafíos para traducirse en cambios reales en las empresas, coinciden especialistas.

La NOM-035 es una regulación preventiva de trastornos como estrés, ansiedad, insomnio o depresión provocados por las condiciones en el trabajo. La norma tiene como objetivo que las empresas mitiguen estos riesgos para la salud mental a través de un diagnóstico y la aplicación de políticas de corrección.

Omar Estefan, director de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo (STPS), consideró que a dos años de vigencia, la norma se ha entendido bien en cuanto a objetivo y alcance. En ese sentido, la covid-19 permitió generar mayor empatía entre empleadores y colaboradores y visibilizar los riesgos que pueden estar presentes en los centros de trabajo.

Sin embargo, el funcionario reconoció que aún hay áreas de oportunidad para la implementación de la NOM-035 ligadas a la interpretación correcta de los riesgos y su impacto en la salud de las personas.

“En la medida en que una persona comprende bien el concepto de riesgos de trabajo, su impacto en la salud y cómo funciona el seguro de riesgos de trabajo, es mucho más fácil entender cuál es el alcance de la norma 035, que es una norma de carácter preventivo. La vinculación entre riesgo, trabajo, daño y este círculo de causalidad es algo que no ha quedado muy claro entre los empleadores”, dijo en entrevista.

La NOM-035 entró en vigor en dos etapas: la primera, en octubre de 2019, estuvo vinculada a la implementación de acciones preventivas; la segunda, en octubre de 2020, a la tarea de las empresas para identificar las condiciones desfavorables y aplicar un plan de acción. Contempló disposiciones diferenciadas por tamaño de empresa.

Jorge Mérida, socio creativo de Advisory Network for Wellbeing, consideró que la norma se ha cumplido de manera parcial. Si bien las empresas han avanzado en la identificación de los factores de riesgo psicosocial, las políticas y acciones de corrección son una asignatura pendiente.

El Economista