El informe político de AMLO

Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del martes 02 de julio 2019. El informe político de AMLO: El informe de ayer fue político, no oficial. Es importante recordarlo. La obligación constitucional de rendir un informe de gobierno con datos verificables ocurrirá el 1 de septiembre. Lo de ayer fue un acto simbólico… Ni jauja ni desastre…  falta certidumbre y seguridad.

Rayuela

“Sin el arrojo de los paisanos, este país no sería lo que es. Su descomunal trabajo es impagable”.

AMLO y su loca pasión

Julio Hernández López, La Jornada: “Andrés Manuel López Obrador conmemoró, informó y arengó, pero no emitió ningún mensaje especial o sorpresivo durante el acto que encabezó ayer en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México con motivo del primer aniversario de su triunfo electoral. Hubo, eso sí, un reforzamiento explícito de su convicción de sentar las bases de un cambio profundo en el sistema económico, político y social que le fuera difícil de revertir a los conservadores, si es que estos regresaran al poder: Si regresara el conservadurismo faccioso y corrupto, ni siquiera en esa circunstancia podrían nuestros adversarios dar marcha atrás a lo establecido y ya logrado en beneficio del pueblo. Su hiperactivismo (su loca pasión, que tiene un fundamento racional) tendría como objetivo, según lo que planteó en el Zócalo chilango, que este mismo año, a más tardar en diciembre, terminaremos de arrancar de raíz al régimen corrupto y quedarán, en este mismo año, construidas las bases para la transformación política de México, pues este proceso no tiene retorno ni un paso atrás. Nada de titubeos ni medias tintas. Habló el político tabasqueño del sabotaje legal que sus adversarios le han montado para impedir que avancen las obras de complemento aeroportuario en la base militar de Santa Lucía, consideró que se pudo salvar el riesgo de una confrontación grave a propósito de aranceles y migración, y detalló, entre aplausos de la concurrencia, los impactos sociales inmediatos de su política, con asistencia a los más necesitados y la eliminación de intermediaciones corruptas. El escenario tuvo una extraña composición. Detrás del orador único, dos sillas en las que durante algunos momentos dialogaron la esposa del Presidente de la República, Beatriz Gutiérrez Müller, y la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum. A un lado, con cierta distancia respecto al par de asientos antes mencionados, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados. No hubo presencia de ningún otro de los integrantes de la nueva clase política morenista, acaso por algún desajuste de tiempos entre la convocatoria original y el inicio, adelantado, de la llegada del Presidente de la República al tapanco principal”.

El informe político de AMLO

Luis Carlos Ugalde: “El informe de ayer fue político, no oficial. Es importante recordarlo. La obligación constitucional de rendir un informe de gobierno con datos verificables ocurrirá el 1 de septiembre. Lo de ayer fue un acto simbólico. El presidente López Obrador dijo que se han cumplido 78 de las 100 promesas que hizo en diciembre. Si ello fuera así, habrá cumplido el 100 por ciento de su plataforma en los próximos meses. Y así lo cree cuando dijo: “A más tardar en diciembre terminaremos de arrancar de raíz al régimen corrupto, y quedarán este mismo año construidas las bases para la transformación política de México”. Hay cuatro tipos de aseveraciones en el informe de ayer. Primero, los juicios normativos (“está en marcha la transformación de la vida pública”). Segundo, una larga lista de acciones, principalmente en materia de austeridad: leyes aprobadas, reducción de salarios, desaparición de unidades de gobierno. Tercero, aseveraciones de hechos sin información para corroborar (por ejemplo, que el huachicoleo se ha reducido en 94 por ciento, lo que implica ahorros de 50 mil millones de pesos). Y cuarto, lo que falta por hacer: crecer más, bajar la inseguridad que “heredamos” y mejorar el sistema de salud. Estos son los únicos tres temas con un tono de autocrítica de lo que no se ha logrado, aunque dichos en tono de acusación en contra del régimen corrupto neoliberal. (…) El problema central para evaluar el informe de ayer es que muchos logros son imposibles de corroborar porque se carece de la información oficial. López Obrador dio números y más números respecto al avance de los programas sociales, pero a la fecha no se conoce ni siquiera el llamado Censo del Bienestar para saber si los datos de ayer son veraces. También enunció que la caída de la producción petrolera se detuvo o que la compra consolidada de medicinas para el segundo semestre representa un ahorro de dos mil 700 millones de pesos, pero se carece de la información verificada para tales hechos. (…) López Obrador concluyó su mensaje diciendo que se siente optimista. Y esa sensación es correspondida –según una encuesta reciente de GEA-ISA– por la mayoría de la población, que no sólo cree que su situación económica mejorará, sino además se sienten más felices y con mayor confianza. Y ese es el indicador de éxito que el presidente debe valorar más: si el pueblo está feliz es porque vamos por buen camino. Sólo que la popularidad o la esperanza es sólo parte de la ecuación del éxito de un gobierno. Lo que al final de la noche la gente realmente valora es tener trabajo y vivir en un clima de seguridad. Y ambas variables –crecimiento y seguridad– son las mayores flaquezas del gobierno que apenas empieza. Flaquezas ciertamente heredadas, pero que ahora ya son propias”.

Gabriel, el multichambas

Salvador Camarena, El Financiero: “Con Gabriel García Hernández nada es claro. O, puesto de otra manera, todo es singular. Gabriel García Hernández cobra en un lado (Presidencia) y opera desde otro (Secretaría del Bienestar). Es el jefe de un ejército de operadores de programas sociales, y de otras actividades, y al mismo tiempo, al menos hasta el 5 de junio, en el INE aparecía como secretario de Organización de Morena. Y es quien está detrás de la página lopezobrador.org.mx, sitio particular que opera con recursos públicos la difusión las actividades del hoy Presidente de la República. Empecemos con un asunto menor. Si ustedes buscan en Declaranet el correo institucional de Alfonso Romo, aparece alfonso.romo@presidencia.gob.mx. Si en cambio buscan el de Lázaro Cárdenas Batel, aparece lazaro.cardenas@presidencia.gob.mx. Romo y Cárdenas Batel trabajan en la Presidencia de la República, lo mismo que Gabriel García Hernández, pero a diferencia de aquellos, el correo institucional de García Hernández no lleva ni su nombre ni su apellido. “Su” correo institucional, el que aparece en la declaración patrimonial, es: solange.tapia@presidencia.gob.mx. Sólo que Solange Tapia no trabaja en Presidencia. Ella labora en la Secretaría de Bienestar, donde según Declaranet es directora de área, está contratada por honorarios y su correo institucional es solange.tapia@bienestar.gob.mx. Es decir, Solange maneja dos correos, uno de Presidencia y otro de Bienestar. Por qué, quién sabe. Hay quien dice que porque García Hernández, hoy Coordinador general de Programas Integrales de Desarrollo, tiene desde hace años aversión a firmar nada de nada en cuanto a documentos. Pero quién sabe. García Hernández tiene muchas chambas. Coordina los 17,500 Servidores de la Nación que desde la transición lo mismo levantan censos que operan la entrega de los apoyos de los programas sociales. Pero hace más que eso. (…) Gabriel es el contacto de administración, el contacto para facturación y el contacto técnico de esa página, según lo publicó el investigador Leonardo Núñez en Nexos.com el 24 de junio pasado. (…) Cabe destacar que Núñez reveló que “…el área responsable de la actualización del sitio internet oficial del Presidente de la República (www.lopezobrador.org.mx) depende de la Dirección General de Comunicación Digital del Presidente. Son dos las personas las encargadas de su mantenimiento y actualización, un jefe de departamento y un enlace…”. ¿Será que esas personas, pagadas con dinero público para un sitio personal del Presidente le reportan directo a Gabriel, que aparece como encargado de la página? Ni idea. Lo único claro con García Hernández es que tiene muchas chambas. No sabemos bien a bien por qué, pero de que son muchas son muchas”.

Siete meses

Héctor Aguilar Camín, Milenio: “Una de las habilidades discursivas de López Obrador, una de sus mayores fortalezas políticas, es la de crear realidad con lo que habla. Inventa, acuña, bautiza, inaugura creencias y sentimientos con sus palabras. Lleva todo este tiempo en el gobierno haciendo hablar a su sociedad, como de hechos reales, de cosas que solo existen por lo pronto en su discurso. Lo mismo pone de moda dichos que insultos, que entelequias históricas o futuros deseables. La mayor de sus creaciones en el ejercicio de este talento es, desde luego, la fórmula Cuarta Transformación, la promesa de un gran futuro deseable que empieza a ser presente por el solo hecho de ser formulado. No deja de ser un hallazgo: nombrar un cambio histórico mayúsculo que se anticipa a su propia historia y se vuelve realidad antes de ser historia. En la anticipación está la promesa, el embrujo, la magia. De pronto, estamos frente a una realidad política llamada la Cuarta Transformación, a favor o en contra de ella, pero conversando bajo su sombra, chapoteando en las aguas de su innegable realidad pública. Desde luego, no podemos decir que estamos frente a una transformación histórica si esta no se ha cumplido. Estamos en realidad, estuvimos ayer, durante el informe, también adelantado, de López Obrador, frente a un nuevo gobierno apresurado e inexperto, que lleva solo siete meses en el poder y no ha podido ofrecer una respuesta sólida, medible, a los problemas fundamentales del país: ni a la corrupción, ni a la inseguridad, ni al bajo crecimiento económico. Su actuación económica ha sido la peor, por la destrucción de valor que ha provocado y su incierto futuro. Quizá el mensaje mayor del informe de López Obrador sea su estrategia contra la desigualdad y la pobreza. Solo en esa parte del discurso las cifras alcanzan el tamaño suficiente para pensar en un posible gran cambio. Me refiero a los beneficiarios de los programas sociales del nuevo gobierno. Sus enormes cifras anunciadas dibujan una sociedad futura de millones de mexicanos improductivos, pero pensionados, becados o subsidiados por un Estado sin un proyecto de crecimiento económico que le permita sostener esos subsidios”.

Ni jauja ni desastre

Enrique Quintana, El Financiero: “Tanto partidarios como críticos de AMLO, ponen énfasis en ciertos resultados de los primeros siete meses de gestión. Cada uno, atento a lo que les conviene, tanto en los datos duros como en las percepciones. Va la verdad, pura y llana, independientemente de inclinaciones y simpatías. 1.- El respaldo a AMLO fue, en promedio, durante el mes de junio, de 66 por ciento, de acuerdo con la encuesta de El Financiero. Eso significa casi 13 puntos más que el porcentaje que voto por él hace un año. Pero también es 17 puntos menos que el apoyo que tenía en febrero. Al margen de los mítines y marchas en su contra, el presidente tiene tras de sí a dos terceras partes de la población. 2.- El gran respaldo de AMLO deriva de que tiene el apoyo del 54 por ciento de quienes no votaron hace un año y el 62 por ciento de quienes no tienen ninguna identificación partidista. Destaca que un 45 por ciento de quienes se identifican con el PRI, respaldan a AMLO. 3.- Muchos de los críticos han insistido una y otra vez que el gobierno actual ya no puede argumentar que los problemas que existen derivan de la herencia del pasado. De acuerdo con la encuesta referida, el 76 por ciento de los encuestados piensa que, efectivamente, los problemas existentes son responsabilidad de los gobiernos anteriores. 4.- La gente común, sin embargo, no ve cambios. El 46 por ciento de los encuestados piensa que el país sigue igual. El 27 por ciento piensa que está mejor y el 26 por ciento considera que está peor. Claramente, muchos ven las cosas iguales. Y en el resto de la gente están divididos. 5.- En los temas específicos, en prácticamente todos los temas, hay opiniones desfavorables respecto a la gestión de AMLO. Destacan la opinión negativa respecto al combate a la pobreza y a la corrupción. Dos de las banderas fundamentales de este gobierno. 6.- La economía tiene un rostro de claroscuros. El crecimiento se ha desplomado. En marzo fue negativo y en abril, apenas creció. El ritmo de creación de empleos va para abajo. Pero, en contraste, se ha mantenido la estabilidad con base en una férrea disciplina fiscal y con la autonomía plena del Banco de México. 7.- Como le he comentado en varias ocasiones, no se puede perder de vista el crecimiento de los salarios reales en cerca de 2 por ciento, por primera vez desde el sexenio de Fox para más de 20 millones de los trabajadores formales. 8.- El gobierno de AMLO tomó la decisión de ratificar la integración a la economía norteamericana, y para conseguirlo, no ha dudado en ponerse como blanco de las críticas de las políticas de migración. Ni modo, es el costo de tener el respaldo de EU, como garantía de que haya una economía estable. 9.- AMLO está buscando un proyecto de largo plazo. Fue explícito el presidente señalando que, aunque eventualmente pudiera perder las siguientes elecciones presidenciales, tiene la intención de asegurar que los cambios no puedan echarse para atrás. Le importa más la permanencia de los cambios que los resultados electorales. 10.- Casualmente, el presidente Trump, el día de ayer, señaló que los aranceles a México ya están fuera de consideración por los resultados en materia migratoria. Un espaldarazo en el día de la fiesta de AMLO. Ni jauja ni desastre, aunque apologistas y críticos pretendan lo contrario”.

La 4T y el fin del Estado

Raymundo Rivapalacio, El Financiero: “La celebración para conmemorar el primer aniversario de la victoria en las elecciones presidenciales, es el primer paso para convertir esa fecha en un símbolo de la cuarta transformación. Su discurso en el Zócalo, coronación del día donde comenzó ese cambio profundo que promete, fue la ratificación de lo que se ha propuesto: el desmantelamiento del Estado mexicano tal y como fue concebido en 1928, para la construcción de otro nuevo. A eso se refiere cuando habla de un cambio radical, una transformación de raíz. “Se trata de construir una patria nueva”, dijo desde el templete en la plaza pública, y acabar con “el régimen corrupto y despiadado que prevalecía”. Ninguna novedad en la retórica, una narrativa épica sobre el antes, el hoy y el futuro. (…) En este poco tiempo, López Obrador demolió prácticamente todo el Pacto por México e hizo una serie de contrarreformas que estableció, jurídicamente, el nuevo andamiaje institucional. Vendrá ahora una segunda fase, que es el reordenamiento del gobierno para darle una nueva dirección. Dentro de esa nueva etapa está considerando la desaparición de varios órganos autónomos, comenzando por aquellos que le estorban a su transformación. Los primeros, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Regulatoria de Energía, con los que públicamente ha expresado su molestia. La destrucción del Estado como lo conocemos es la aniquilación de las instituciones, como bien lo dijo desde hace más de una década, cuando tras perder la elección federal declaró: “¡Al diablo las instituciones!” El presidente es consistente, y en esa congruencia radica su repudio a las reformas políticas de segunda generación. No le interesa el Instituto Nacional Electoral, porque no encuentra valor a su trabajo, o porque su sola existencia le impide reorganizar al país en su ideal, sugerido en algún momento de su presidencia, mediante el equivalente de los Comités de Defensa de la Revolución cubanos, que es una organización de masas que tiene permanentemente movilizada a la población para defender las conquistas mediante el trabajo directo con las personas y la comunidad. Tampoco la Comisión Federal de Competencia, porque su visión no es la de una economía de mercado, sino la de una centralmente planificada. La existencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, como la conocemos, está en entredicho, así como todos los órganos de transparencia, a los que considera rémoras que tiene que sacudirse. Estos organismos autónomos también se encuentran en el horizonte de la desaparición. Pero antes que ellos sucumbirán varias secretarías de Estado, o serán compactadas en otras dependencias. La lista la encabeza Economía, a la que ya despojaron del manejo del comercio exterior, entregándole a la Secretaría de Relaciones Exteriores lo único internacional valioso que parece apreciar el presidente, el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. (…) El achicamiento y reordenamiento del gobierno en esas áreas desnuda lo que significa la cuarta transformación: voltear hacia adentro y convertir a México en una isla para su desarrollo. López Obrador quiere un país que coma lo que produce, que genere sus propias fuentes de desarrollo energético para el consumo y la industria, que le apueste a la mano de obra intensiva –por definición masiva–, donde la tecnología no sea utilizada con el propósito de incrementar el empleo, optando por volumen y no por calidad. Uno también que no dependa de los empresarios, cuyo sector está en el escenario de ser destruido. Ayer en el Zócalo habló de uno de esos sectores, el de telecomunicaciones, al que le antepondrá una empresa estatal de telecomunicaciones. Pero no será el único”.

Arrasados

Carlos Puig, Milenio: “A lo largo de más de 12 años Andrés Manuel López Obrador les mostró su tenacidad, energía, capacidad de organización y trabajo. Imparable, después de sus dos derrotas electorales, siguió construyendo un movimiento pueblo por pueblo, reunión tras reunión. El desastre del último sexenio le dio un triunfo incontestable. En esos 12 años los partidos se acomodaron aún más a una manera de hacer que ya no funcionaba. Cuando el PRD perdió a AMLO, nunca supo reconstruirse, se escondieron en sus cotos, aprovecharon sus cómodas posiciones en legislativos locales o el federal. Adiós. PUBLICIDAD En el PAN, la obsesión calderonista por seguir controlando el partido y las broncas internas después de 12 años de desgaste en el ejercicio del gobierno permitieron a Ricardo Anaya hacer una apuesta —el Frente—, cuyo mayor riesgo era que, perdiendo, dejaría un PAN incendiado y descompuesto, lo que sucedió con alguna ayuda del gobierno de Peña que, si bien no afectó en quién sería el ganador, creo que hoy está claro que le ayudó para el tamaño de su triunfo en la presidencial y en sus mayorías legislativas (vale mucho le pena leer el Nexos de este mes). Como vimos en las elecciones pasadas, el blanquiazul ha vuelto a ser solo un partido con alguna fuerza local, casi invisible en los grandes debates nacionales de los últimos meses, que son los que importan a la nueva administración y su transformación. El PRI supo, entre el año 2000 y el 2012, mantener una presencia nacional, ser clave en algunas de las decisiones más importantes de las administraciones panistas hasta que regresó a Los Pinos. El grupo de Peña Nieto se apoderó de todas las decisiones, los adversarios internos se acomodaron en curules y algunos gobiernos locales, y no supieron lidiar con las crisis del peñanietismo. Cuando éste fue derrotado, el PRI quedó hundido, porque el PRI ya era el de Peña. Frente a la voluntad acelerada desde Palacio Nacional de hacer un cambio de régimen —en seis meses, las reformas del “Pacto” han sido borradas—, el verdadero contrapeso, como sucede en las democracias funcionales, deberían ser los partidos de oposición. Y para hacerlo hay que salir a conquistar voluntades, tener ideas, ganar algún día los votos. Eso que hacen los partidos y que los últimos sexenios olvidaron y por eso fueron arrasados”.

A la 4T le falta certidumbre y seguridad

Jorge Fernández Menéndez: Excélsior: “Por supuesto que el presidente López Obrador tenía mucho que festejar el día de ayer. Su triunfo electoral, inobjetable, implicó no sólo la llegada al gobierno después de dos intentos infructuosos, sino también, con su contundencia, la posibilidad de implementar un programa político que, en lo central, es el mismo que enarbola Andrés Manuel desde que fue por primera vez candidato presidencial. No creo que en estos siete meses de gobierno nadie se pueda decir engañado. El presidente López Obrador está haciendo lo que dijo el candidato López Obrador. La diferencia es que una cosa es esgrimir un discurso y otra enfrentarse a la realidad. Es difícil esquematizar la labor de un gobierno tan contradictorio como el de López Obrador. Porque no siempre, o casi nunca, el discurso termina coincidiendo con lo que se propone. El mejor capítulo, por lo menos para la economía familiar de millones de mexicanos, es el de los apoyos masivos que ha otorgado la nueva administración, unos apoyos que tendrán que pasar, en el futuro inmediato, también la prueba de la transparencia. Muchos creen, y en parte tienen razón, que este tipo de subsidios terminan siendo contraproducentes porque no sacan a la gente de la pobreza ni tampoco tienen un referente productivo. Es verdad, pero en un país con tantas necesidades como el nuestro ese apoyo es bienvenido. (…) Es contradictorio porque desde unos ámbitos del gobierno se propone una cosa, misma que se boicotea desde otro sector del mismo. No se puede pedir inversión privada, nacional o extranjera si no se respetan las reglas, y tampoco si, luego de realizadas, se las cuestiona o se desechan los proyectos. La economía necesita certidumbre, y en estos meses el gobierno federal la ha ofrecido con una mano y la ha negado con la otra. El mayor desafío económico de López Obrador es lograr una política homogénea y coherente, que hoy está marcada por la incertidumbre. La seguridad y la política migratoria han sido los dos capítulos más complejos y difíciles, donde también debe haber una vuelta de tuerca completa. En la migración, la irresponsable política de puertas abiertas generó una crisis que tuvo que ser atendida por una cerrazón en las fronteras excesiva, pero comprensible. Insistimos en un punto: se tuvieron que aplicar esos planes de contención migratoria por las exigencias de Trump, pero se lo debió hacer mucho antes por simples razones de seguridad pública y nacional. No se puede tener una política de fronteras abiertas en el mundo actual y en la ubicación geopolítica de México. (…) Es imposible concentrar en unas líneas lo ocurrido en un año frenético y donde cada día parece haber una información que supera a la anterior. Faltan cinco años y, superada la curva de aprendizaje, lo central es que el gobierno, como tal, genere mayor certidumbre, tenga menos contradicciones y aproveche las ventajas comparativas del país, olvidando un poco el discurso ideológico para respaldarse a sí mismo con un sano pragmatismo”.

Cifras alegres y “otros datos”

Templo Mayor, Reforma: “Si algo marcó el mensaje-informe de Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo, a un año de ganar las elecciones, fue la gran cantidad de cifras alegres y de los “otros datos” que tanto presume el Presidente. Los hubo en temas tan diversos como el tipo de cambio, las remesas, la confianza del consumidor, los ahorros en las compras del gobierno, la producción de petróleo, las exportaciones, los programas sociales y hasta el índice de la Bolsa. Y aunuqe dio mucha información, la sensación es que su discurso quedó a deber al no abordar temas como las licitaciones petroleras canceladas, los retrasos en el sistema anticorrupción, la caída de la inversión pública, o la baja en la generación de empleos formales”.

¿Corrupción con uniformes de la Policía Federal?

Bajo Reserva, El Universal: “Antes de que las fuerzas operativas de la Policía Federal pasaran a formar parte de la Guardia Nacional (GN), se les entregaron uniformes tácticos que estaban guardados en bodegas desde hace más de dos años, todavía desde la época del comisionado Manelich Castilla. Cada elemento recibió uniformes con un costo de entre 20 y 25 mil pesos, que incluía chamarras tácticas, pantalones térmicos, camisas y demás prendas. El pequeño, pero importante detalle, es que esos uniformes ya no serán útiles, pues ahora los policías federales son guardias nacionales y, por lo tanto, deberán portar el uniforme de la GN. La sospecha en el gobierno federal es que alguien quiere tapar la mala administración de los uniformes, sin embargo, nos dicen que en la Presidencia han tomado nota y tendrá que haber una investigación”.

Empoderado

Frentes Políticos, Excélsior: “Arropado por un Zócalo lleno de seguidores, acarreados o no, el grito de “¡Presidente, presidente, presidente!”, se escuchó una vez más, a un año de comenzar la Cuarta Transformación. Ni un paso atrás, dijo Andrés Manuel López Obrador tras un discurso que emocionó a sus seguidores. Aseveró que el proceso de la 4T “no tiene retorno”. Al celebrar un año del triunfo en las urnas, el Presidente manifestó que se siente optimista: “Pienso, amigas y amigos, que este mismo año, a más tardar en diciembre, terminaremos de arrancar de raíz al régimen corrupto”, manifestó. Sus detractores quisieron demeritar la celebración con comentarios en redes sociales, pero la presencia en el Zócalo de empresarios de alto nivel corrobora que, a un año, el rumbo va bien. Ni un paso atrás”.

Recortes en Investigación

Trascendió, Milenio: “Hoy, en la mañanera, integrantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, división que dirige José Mustre de León, entregarán a Andrés Manuel López Obrador una carta en la que reclamarán por los recortes a los centros públicos en la materia y de paso invitarán al Presidente y al secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, a visitar las instalaciones del Cinvestav para conocer sus actividades y condiciones”.

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