El «muro blando» de Biden

Debe ser la completa envidia de Donald Trump el “muro blando” implantado por el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Sin costo económico, sin necesidad de amenazar al gobierno de López Obrador con tarifas a exportaciones y sin construir un muro en la frontera, las recientes medidas migratorias de Biden han logrado una reducción notable del número de personas que intentan solicitar asilo en Estados Unidos o cruzar irregularmente la frontera.

La fórmula del “muro blando” es realmente sencilla, pero eficaz y drástica. De un lado, se abre una ventana para que alrededor de 30 mil personas mensualmente puedan ingresar a Estados Unidos por razones humanitarias y permanecer dos años con permiso laboral. El procedimiento de ingreso se realiza de manera remota, requiere de un patrocinador y otros requisitos de seguridad y salud. Éste es el aspecto positivo y nada menor, sin duda.

Del otro lado, este programa castiga y excluye a quienes intenten el camino irregular de ingreso a Estados Unidos e incluso para quienes hayan arribado de esa manera a México o Panamá, tengan o no necesidad de protección internacional. En esta ruda tarea, que violenta derechos humanos fundamentales, el papel del gobierno de México es decisivo al aceptar el retorno a las ciudades fronterizas mexicanas de hasta 30 mil personas mensualmente rechazadas por Estados Unidos. Y a ver cómo se las arreglan, pues no hay una explícita protección del lado mexicano, sino al contrario, la instrucción de abandonar el país en el corto plazo.

La exclusión y castigo formal para quienes transiten irregularmente ha resultado una poderosa amenaza, pues la movilidad de personas disminuyó drásticamente. El total de “encuentros” registrados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se redujo desde la enorme cifra de 251 mil, en diciembre de 2022, a 156 mil en enero de 2023. Las nacionalidades que tuvieron mayores descensos son principalmente las destinatarias explícitas del “muro blando” de Biden: Cuba, Venezuela y Nicaragua, que redujeron entre 70% y 80% su movilidad. No sucedió lo mismo con Haití, que incluso aumentó ligeramente su número entre diciembre y enero.

Proceso