La comedia mexicana replica discursos de odio, pero una nueva generación dice basta

El humor de los mexicanos parece no tener límites. Lo encontramos por todos lados y hasta por debajo de las piedras: ya sea en las calaveritas que le dedicamos a la muerte o en las desgracias de lo acontece día a día, en los libros, la televisión y hasta trasformado en forma de meme.

Sin embargo, a través de las décadas, de los distintos rostros de comediantes y las formas de hacerlo llegar a un público lo único que se ha mantenido es el humor a través de discursos machistas, racistas, misóginos, homofóbicos, transfóbicos, clasistas, gordofóbicos, disfóbicos y xenófobos.

Ante ello, surge la pregunta: ¿es válido recurrir a esos discursos para hacer una rutina humorística?, ¿existe algún límite en nuestra libertad de expresión cuando los decimos?

“Se vale hacer comedia de lo que quieras, no pasa nada. Haces chistes, todos los hacemos, los hacemos en las comidas familiares, los hacemos con los compas. Todos hacemos chistes de lo que queramos, nada más que, aquí viene el asunto, si vas a hacer chistes de cierto grupo, y ese grupo se encabrona y va y te la cobra, y te censura. Yo estoy totalmente en contra de la censura, creo que la libertad de expresión debe existir, pero también hay límites que se tienen que entender”, expuso en entrevista el actor y promotor en contra del racismo, Tenoch Huerta.

En ese sentido, la Declaración Universal de los Humanos señala que: “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores expresamente fijadas por la ley”.

Irasema Yazmín Zavaleta Villalpando, encargada del despacho de la presidencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), matizó el límite que existe en esta delgada línea entre ejercer la libertad de expresión y usarla para difundir discursos de odio.

“Este derecho tiene sus limitantes cuando se trata de la vulneración de la dignidad humana y de algún otro derecho humano de alguna persona, y en ese sentido por supuesto que el tema de las burlas homofóbicas, las burlas transfóbicas, disfóbicas, el tema racista, todo eso que por supuesto se transgrede en esa área de protección de las personas, es por eso que es tan importante detener ese tipo de burlas, de mofa, porque al final, tiene que ver con la comunicación tanto oral como la escrita o la gráfica, finalmente tiene todo un sistema de pasar a través de un conocimiento, de un procesamiento intelectual, primero por un conocimiento sensorial, pasa por la vista, por la boca porque tú lo hablas o lo escribes y luego todo esto se convierte en un pensamiento que puede luego transformase en una acción. Entonces, es tratar de detener la generación de una bola de nieve, que pueda detonar actos incluso violentos”.

En México una de cada cinco personas de 18 años y más declaró para la Encuesta Nacional de Discriminación —realizada por en conjunto por el Inegi, Conapred, UNAM, Conacyt y CNDH en 2017— haberse sentido discriminada en el último año.

Más de la mitad de esta población (53.8 por ciento) percibe la discriminación por su tono de piel, peso o estatura, y forma de vestir o arreglo personal. Los indígenas y personas con alguna discapacidad, de acuerdo con la encuesta, fueron las comunidades de mexicanos más vulnerables.

En esta misma encuesta, destacó que los encuestados perciben en un 42 por ciento que en el país se respetan poco o nada los derechos de personas nacidas en el extranjero.

En tanto, la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (Endosig 2019) reveló que el 59.8 por ciento de la población LGBT+ consultada se sintió discriminada por su aspecto físico, la forma de hablar o de expresarse.

En ese sentido, la comediante Adriana Chávez, la primera lesbiana en hacer Stand Up en México y con más de una década de carrera en los escenarios, atribuye la supervivencia de estos discursos de odio que se difunden bajo el velo de los chistes como una muestra de lo que se propaga en nuestra misma sociedad.

“La comedia es un reflejo de la sociedad, yo siempre digo que la comedia es tan libre como la misma sociedad que la produce. Si tienes una sociedad machista, pues obviamente la comedia que va producir a esa sociedad”, asegura.

Sin Embargo